Si Feijoo tiene razón

Fernanda Tabarés
Fernanda Tabarés OTRAS LETRAS

OPINIÓN

Alejandro Martínez Vélez | EUROPAPRESS

10 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Desconectado ya de la sociedad que lo había votado con una ilusión legendaria, el presidente Felipe González visitaba Bolivia cuando fue interrogado sobre el caso de corrupción que tocaba ese día. Los periodistas querían testar el nivel de empatía del socialista, comprobar si tras las empalizadas de Moncloa se apreciaba el hartazgo de la gente normal, que diría el viejo nuevo Pablo Iglesias. «Si yo fuera un ciudadano español también estaría cansado», cedió González, en un alarde de disociación cognitiva muy revelador que algunos atribuyeron a la ingesta de las hojas de coca con las que se combate el mal de altura. El condicional que aquel día blandió Felipe, ese inquietante «si yo fuera», lo convertía de facto en un ser ajeno a la patria o por encima de ella, en alguien que o no era ciudadano, o no era español, o ninguna de las dos cosas, tres posibilidades dramáticas cuando se trata de un presidente. A aquellas alturas de su ego, el viejo Isidoro había desplegado una estrategia psicológica ventajista para sus intereses que lo dejaba fuera del lío y, en consecuencia, de sus responsabilidades.

Debe de ser una secuela inevitable del mal de altura, porque el otro día Feijoo hizo lo mismo. «La clase política es la peor de los últimos 45 años», se dolió el galego después de uno de esos días en los que no sabes si lo que sale por la radio es el Congreso de los Diputados o una reunión de la Mara Salvatrucha. Como Felipe, Alberto intentaba empatizar con los anonadados ciudadanos, pero lo que le salió fue otra disociación cognitiva de libro, como si fuese él tornero fresador o bibliotecario en Cogeces del Monte en lugar de uno de los jefes de esa clase política deplorable. Si Feijoo tiene razón, a qué esperan para hacer algo, pordiós.