El fiscal culpa a una mujer de causar un incendio con una quema de residuos agrícolas

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10 abr 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

?isto para sentencia quedó ayer un juicio por un delito de incendio por imprudencia grave del que se acusa a Laura P. M. Tras las declaraciones de todas las partes, queda ahora en manos de la magistrada decidir si hay o no pruebas suficientes que demuestren que la acusada cometió una imprudencia grave durante una jornada en la que estaba realizando una quema de residuos agrícolas. Según el fiscal, la mujer había solicitado una autorización a Medio Ambiente para llevar a cabo, en una finca de su propiedad en San Martín de Lobios, una destrucción de restos agrícolas los días 4 y 5 de abril del 2006. Una vez que le fue otorgado el permiso, la mujer decidió efectuar la quema en la jornada del 4 de abril, iniciando las tareas a las seis de la tarde. Destaca el fiscal que la mujer no tomó en cuenta las medidas de precaución necesarias, ya que plantó varias hogueras sin realizar la limpieza perimetral suficiente. Además, se encontraría sola pese a tener una edad avanzada y sin agua o acceso a ella para hacer frente a cualquier incidente. Con estos antecedentes expuestos por la acusación, hacia las seis y media de la tarde el fuego de las hogueras con maleza comenzó, sostiene el fiscal que debido al viento, a propagarse hacia otras fincas colindantes, terminando por afectar a 2,5 hectáreas de monte arbolado y otras 6,7 de superficie rasa. Nada pudo hacer la mujer, según ella misma aseguró ayer, para evitar una rápida propagación de las llamas, por lo que dio aviso a los servicios de extinción de la Xunta. Fueron necesarios un agente, tres cuadrillas de extinción, un vehículo motobomba y cuatro miembros de Protección Civil. Las labores de extinción se prolongaron durante varias horas y supusieron a las arcas públicas un gasto de 1.819 euros. Indemnización Esa cantidad, precisamente, es ahora reclamada por la Administración autonómica a la acusada para la que el Ministerio Fiscal solicita una condena de diez meses de cárcel y una multa de once meses, con una cuota diaria de seis euros. Durante la vista oral la acusada reconoció que, efectivamente, llevó a cabo una destrucción de residuos agrícolas y que en un momento dado se levantó un fuerte viento y el fuego se propagó sin que ella pudiese hacer nada por sofocarlo. La defensa reclama la libre absolución de los cargos.