La ubicación de las paradas bloquea el bus metropolitano

RUBÉN NÓVOA / OURENSE

OURENSE

Miguel Villar

Xunta y Concello intensifican las negociaciones para llegar a un acuerdo

25 abr 2014 . Actualizado a las 07:30 h.

La puesta en marcha del transporte metropolitano sigue en punto muerto. Las diferencias entre Concello de Ourense y Xunta se mantienen hasta ahora insalvables, aunque los responsables políticos de ambas instituciones no se resignan y en los últimos meses se han intensificado los contactos para llegar a un acuerdo.. El principal hándicap que impide el desbloqueo de esta demanda de la sociedad ourensana pasa por la ubicación de las paradas que funcionarían como intercambiadores entre las líneas que funcionan en la periferia y las del transporte urbano.

La intención de la dirección xeral de Mobilidade es que los buses interurbanos penetren lo máximo posible en la ciudad. Según indicaron fuentes de la Xunta, esta propuesta tiene una doble motivación. Por un lado, que el servicio sea más efectivo para los vecinos y por otro que sea rentable para las empresas que en la actualidad comunican la capital ourensana con los ayuntamientos limítrofes. «Queremos garantir a penetración dos autobuses e a mobilidade dos viaxeiros. Na actualidade os autobuses dos pobos entran na cidade e non entendemos porque agora queren establecerse restricións», indicaron las mismas fuentes.

La postura del Concello de Ourense es distinta y pasa por situar los intercambiadores a la entrada de la ciudad, en O Couto, As Lagoas y A Saínza. La concejala de Transportes, Susana Baya, reconoce los contactos y la diferencia de posturas con la Xunta, aunque confía en llegar a un acuerdo que desbloquee el proyecto: «Las discrepancias que tenemos no son nuevas y lo único que puedo garantizar es el empeño de esta concejalía en llegar a un acuerdo. Los técnicos nos dicen que nunca se había trabajado tanto en ambas administraciones para tratar de llegar a un acuerdo».

El modelo previsto

La puesta en marcha del bus metropolitano sufrió altibajos en los últimos años y ha sido motivo de conflicto político. La idea original pretendía implantar este servicio de billete único en ocho ayuntamientos y preveía descuentos en el billete para un servicio que llegaría a 130.000 habitantes.