Envejecimiento y dispersión lastran las donaciones de sangre

Fina Ulloa
Fina Ulloa OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Santi M. Amil

En 2014 se registró un descenso que ya se había constatado el año anterior

25 ene 2015 . Actualizado a las 05:30 h.

Con la llegada del año nuevo, vuelven a las localidades ourensanas las visitas de las unidades móviles del Centro de Transfusión de Sangre de Galicia para recabar de los vecinos de la provincia esa solidaridad esencial para la vida de muchas personas. A Peroxa y O Carballiño fueron las primeras paradas del mes pero en estas primeras semanas también se estrenaron la capital, con el autobús emplazado en distintas ubicaciones, así como villas y pequeñas localidades de la provincia.

Entre los responsables del centro se espera que el año que comienza marque una ruptura de la tendencia a la baja de las donaciones. Aunque los datos definitivos todavía no están contabilizados, ya se perfila que el 2014 volvió a suponer un descenso de donaciones que lidera la provincia de Ourense junto con la de Lugo. El ejercicio anterior el descenso anual supuso un 2,3 %, dejando fijada la tasa provincial en 34 donaciones por mil habitantes.

No cubre el autoabastecimiento

Esa tasa está por debajo de la recomendación de la Organización Mundial de la Salud. Esta organización estima que para que una población sea autosuficiente -es decir, que las donaciones cubran sus necesidades de sangre para atender la demanda sanitaria- son necesarias 40 donaciones al año por cada mil habitantes. Afortunadamente la sangre no tiene fronteras y el banco gallego no reparte en función de donaciones territoriales. Por lo tanto Ourense es abastecida según sus demandas asistenciales.

El perfil de la población ourensana es un hándicap y la realidad del envejecimiento pesa en esa curva descendente que dibuja el territorio provincial. Hay que tener en cuenta que existe una edad límite para poder donar fijada en 65 años, lo que supone que un 30 % de ourensanos no podrían, aunque quisieran, ejercer ese acto de solidaridad altruista imprescindible para disponer de este líquido esencial para la vida. «No creemos que esa realidad demográfica lo explique todo», matiza Antonio Carcedo, responsable de promoción del Centro de Transfusión de Sangre de Galicia, cuando se le pregunta si Ourense está abocada a desaparecer del mapa de donantes gallegos.

La dispersión poblacional complica también la difusión de la información y que los vecinos de muchos núcleos se enteren a tiempo de qué días está la unidad móvil estará en su cabecera de municipio o comarca. «Quizá hay que analizar también si existen otras posibilidades para llegar a más población y diseñar nuevas estrategias», apunta Carcedo.

También se ha producido alguna baja en las visitas a empresas que, como consecuencia de la crisis, han cerrado sus puertas o han sufrido remodelaciones en los sus centros de trabajo «aunque afortunadamente también tenemos alguna empresa nueva que quiere colaborar y se suma este año al calendario de visitas», apunta Carcedo.

Balance positivo en la ciudad

Lo que no se cuestiona es el espíritu solidario de los ourensanos. De hecho la capital, donde la media de edad es inferior y los canales de comunicación son más fluidos, suele superar la tasa gallega e incluso la tasa recomendada por la OMS.

El último ejercicio computado por completo, el del 2013, en el Concello de Ourense se alcanzó la cifra de 44 donaciones por cada mil habitantes.

El Centro de Transfusión pretende concienciar a más población

La provincia está por debajo de la media gallega pero la ciudad suele superarla