Aquí se gestionan las emergencias

Cándida Andaluz Corujo
cándida andaluz OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Santi M. Amil

Varios agentes coordinan el trabajo de las patrullas que circulan por la provincia durante las noches

01 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Están al otro lado del 062. Reciben las llamadas de emergencia y ponen en marcha el operativo necesario para solucionar cualquier problema. Son los integrantes del Centro de Comunicaciones Complejo que aglutina al Centro Operativo de Servicios y de Tráfico de la Guardia Civil. El turno de noche es de doce horas, desde las ocho de la tarde. Uno de ellos lo forman José Fernández, Antonio Álvarez y Óscar Nóvoa.

José Fernández lleva más de treinta años en el cuerpo y sabe lo que es trabajar de noche. Su tarea es atender las emergencias que se producen en la demarcación provincial, sobre todo en la zona del rural ourensano. «La primera notificación que se recibe es bien a través del 112 o de cualquier llamada de un ciudadano. A partir de ahí ponemos en marcha el mecanismo: las patrullas se desplazan hasta el lugar, comprueban lo que hay y actúan de forma correspondiente», explica. Un sistema de localización GPS les ayuda a saber en todo momento en donde se encuentran los agentes que están en la calle.

La sala de operaciones está dividida en dos espacios, aunque trabajan de forma coordinada. José Fernández y Antonio Álvarez, tras recibir una llamada de cualquier tipo de emergencia, distribuyen el trabajo; y Oscar Nóvoa organiza únicamente aquellas que tienen que ver con el tráfico. «Si hay un accidente en la autovía es de Tráfico pero nosotros les prestamos apoyo con las patrullas disponibles dependiendo de la envergadura de la emergencia», explica Fernández.

Aunque la noche es mucho más relajada que el día, por el descenso en el número de llamadas, hay una diferencia importante: «Normalmente las urgencias son más complicadas porque una persona que llama de noche suele tener un problema serio, como un robo o un tema relacionado con la seguridad ciudadana. Aunque que hay de todo. Incluso hay gente que llama por soledad, solo por hablar. Y es que la percepción de un problema no es la misma para el que llama para el que la recibe. Para ellos es lo más importante. Hay que ponerse en el lugar de la gente».

Las razones de las llamadas de emergencias en una provincia como Ourense no difieren de las de una gran ciudad, aunque disminuyen en número. Los temas más frecuentes son los problemas de orden público, ruidos, violencia de género y robos, aunque la amalgama es muy amplia. Afirman que los ciudadanos saben que lo que les sucede en la ciudad corresponde a la Policía Nacional y que en el ámbito del rural trabaja la Guardia Civil. Aunque la mayoría de las notificaciones ya llegan derivadas del 112, «hay gente que nos llama cuando le lleva el coche la grúa», comenta Fernández. Y añade: «Por supuesto, pasamos el aviso sin ningún problema» porque la relación entre todos los cuerpos de seguridad es excelente.

Para que el trabajo de noche sea más llevadero, una de las cosas más importantes es que el equipo se lleve bien. En eso coinciden los tres. Aunque la edad de cada uno hace que las horas de sueño se lleven de manera diferente al día siguiente. Mientras José habla, su compañero Antonio Álvarez recoge diferentes llamadas. Es una noche tranquila, entre semana, aunque el ritmo una vez pasada la medianoche es de una llamada cada diez minutos, más o menos. Cifra que irá disminuyendo llegada la madrugada. Antonio lleva menos tiempo trabajando y dice que la noche tiene pocas diferencias con respecto al día: «Hay jornadas, sobre todo entre semana, que puede haber poco trabajo y podemos estar hablando de cosas, aunque siempre tienes algo que hacer».

Óscar Nóvoa pertenece al Centro Operativo de Tráfico. Mira continuamente las pantallas de varios ordenadores en donde comprueba cómo está siendo la situación meteorológica en cada kilómetro de las carreteras de Ourense y en dónde se encuentran todas sus patrullas. «Para nosotros las zonas más complicadas y prioritarias son las autovías, después las nacionales y las comarcales», explica. Le ha tocado trabajar una noche con previsión de nieve en muchos puntos de la provincia. Una de las situaciones, afirma, más complicada en su trabajo: «Una noche normal lo que más hago, si no hay accidentes, es comprobar los DNI de los controles en carretera. Pero cuando hay nieve o temporal todo se complica». Lo dicen porque son menos efectivos trabajando aunque, a la contra, la presencia de menos vehículos en la carretera les ayuda a trabajar sin presión, tomando decisiones menos estresadas. No en vano, afirma: «Aunque estemos aquí sentados esta es una labor muy complicada porque al final eres el responsable de que todo salga bien, de coordinar el trabajo de las personas que están fuera».

Les quedan muchas horas por delante, pero al día siguiente podrán descasar a gusto. Los turnos están siempre formados por las mismas personas, por razones operativas. Y los tres coinciden al afirmar que es durante el entroido cuando el trabajo se triplica, sobre todo por la actividad en el rural. «Es duro pero muy gratificante, porque sabes que estás haciendo algo bueno», dice Fernández.