El Ateneo, el club de tenis y el pleno

Ruth Nóvoa de Manuel
Ruth Nóvoa DE REOJO

OURENSE

02 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Acudí al Ateneo a reuniones de plataformas reivindicativas, a exposiciones, a presentaciones de libros y también a tomar café. Por trabajo o por placer. Nunca fui socia aunque sí tenía amigas que lo eran. No es lo mismo. Así que, si esto se trata de repartir culpas, yo también tengo parte. Me refiero al futuro del Ateneo pero, ojo, también al presente.

Me rechinó que, cuando tuvo que dejar La Torre, se trasladase a las instalaciones del club de tenis. O sea. Te lo juro. Son prejuicios, lo sé. Pero se me hacía raro. No tanto como ver a los integrantes de la plataforma que quiere defender la supervivencia de la institución sentados alrededor de una mesa de la Diputación con José Manuel Baltar, al que mucho de ellos han censurado repetidas veces por su política clientelar, para pedirle que les arreglara lo suyo. Fue una profunda decepción.

Y es que en esta historia -sin que sirva de precedente, como dice Barquero respecto a la plaza de A Ponte- coincido con Jácome en que es a otros a quienes corresponde poner en el lugar que se merece al Ateneo. «Si tan importante es para Ourense, ¿cómo solo tiene 85 socios?», preguntó en un pleno del que salió un acuerdo cínico: el PP dijo que sí, porque había que quedar bien, pero piensa que no es cosa suya, como el alcalde reconoció después.

Al margen de la letra pequeña de papeles amarilleados por el tiempo. Al margen del innegable peso de la trayectoria de la institución. Al margen de la aportación que ha realizado de forma histórica a la ciudad. ¿No mancilla en cierto modo la independencia del Ateneo recurrir a las Administraciones para garantizar su supervivencia? ¿No va en contra de la libertad que custodió históricamente someter su futuro a las estructuras de poder? Sería interesante saber qué pensarían, en 1969, los que lo echaron a rodar. Eran otros tiempos. Para todo.