Ocurrió ayer en el centro urbano en horario de tarde, en un momento en el que la circulación se intensifica por la salida de los colegios
30 may 2017 . Actualizado a las 21:42 h.Una disputa de tráfico deja de ser una mera discusión, cuando los implicados se encuentran bajo los efectos del alcohol o de las drogas. Ocurrió ayer en el centro urbano en horario de tarde, en un momento en el que la circulación se intensifica por la salida de los colegios. En la calle Cardenal Quevedo hay un centro de enseñanza. El suceso se produjo en el cruce de es calle con la avenida de La Habana. Intervinieron las policías nacional y local, que en un primer momento ofrecieron distintas versiones de lo ocurrido, aunque existía coincidencia en que el dueño de la autoescuela había dado positivo en drogas, que el conductor del turismo superó la tasa de alcoholemia permitida y que el ocupante -que supuestamente se subió al coche para intentar atropellar al otro implicado- se negó a hacerla. Como consecuencia del altercado, los dos ocupantes del Ford Fiesta fueron detenidos. El profesor de la autoescuela fue trasladado a un centro sanitario, dio negativo en alcohol y positivo en drogas, por lo que será denunciado. No fue detenido.
El altercado se produjo sobre las cinco y cuarto de la tarde. A la altura del número 10 de la calle Cardenal Quevedo. Se enzarzaron los dos ocupantes del Ford turismo (38 y 34 años, vecinos de Ourense) y el monitor de autoescuela (ourensano de 42 años), que circulaba en un Peugeot 308 de color amarillo. La mediación de los trabajadores de un taller vecino y otras personas que circulaban por la zona evitó que la pelea degenerara, aunque no faltaron carreras, empujones, puñetazos y patadas, que varios testigos grabaron y que prácticamente al instante empezaban a circular por las redes sociales.
Sobre el origen del suceso, a la espera del atestado policial, circularon ayer varias versiones. Ya por la noche, al cierre de esta información y tras varias aclaraciones y rectificaciones, la reconstrucción de lo ocurrido situaba al Fiesta -con el conductor bebido y su acompañante con síntomas, aunque se negó a soplar- delante del Peugeot: al no arrancar aquel con diligencia una vez que el semáforo estaba verde, desde el coche de la autoescuela pitaron para llamar la atención de los ocupantes del utilitario. En este punto queda también para la investigación el determinar cuál de los conductores se había apeado antes del turismo, dando lugar, con esa actitud, a la reacción del oponente y a la sucesión de golpes. El peor parado, sea como fuere, fue el monitor de la autoescuela, que perdió la camisa en el altercado y fue trasladado a un centro sanitario, aunque sus heridas parecían leves.
El suceso, debido a la intervención de un buen número de patrullas de las policías local y nacional, sumada además la presencia de vehículos para atención médica, provocó durante casi una hora retenciones e incomodidades en el tráfico rodado en todo el centro urbano.