Incertidumbre en el PSOE por la derrota del aparato y la división de los pedristas

Miguel Ascón Belver
miguel ascón OURENSE

OURENSE

Santi M. Amil

El proceso interno no deja claro qué grupo está mejor colocado para el futuro congreso provincial

30 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Por fin, después de semanas de campaña e incertidumbre, los socialistas ourensanos pueden descansar. Tras las primarias que ganó Pedro Sánchez quedaba una última etapa en este proceso interno, que era la elección de los representantes de la provincia en el próximo congreso federal de junio. Sin el interés de los cónclaves del pasado porque el secretario general llega recién elegido, la cita sirve únicamente para comprobar las fuerzas de las distintas corrientes internas del socialismo. De lo ocurrido con el «congresillo» de este sábado para elegir a los nueve delegados ourensanos se puede extraer la conclusión de que el aparato provincial ha perdido, pero no se dar por vencido.

Pese a la contundente victoria de su líder en las primarias, los pedristas ourensanos ganaron el citado «congresillo» por muy estrecho margen: 44 votos frente a los 42 de los susanistas, entre quienes se encuentran algunos de los cargos más importantes a nivel orgánico. Este escenario deja muchas dudas de cara a la próxima elección de una nueva ejecutiva provincial (un proceso que se activará tras la renovación de los órganos de dirección autonómicos). El «congresillo» de este sábado era una especie de ensayo y el empate técnico no resuelve incógnitas.

Especialmente si tenemos en cuenta que la alternativa a los actuales dirigentes logró cierto consenso para apoyar a Pedro Sánchez en las primarias, pero los apoyos que recibió el madrileño en Ourense son muy heterogéneos y esa entente podría no servir para los futuros procesos internos. De hecho, ya ha saltado por los aires a nivel local. Pese a que sus miembros habían apoyado masivamente a Sánchez, la corriente conocida como «tercera vía», que trata de rentabilizar su posición como alternativa a bandos y trincheras, no llegó a un acuerdo con los pedristas oficiales de Ourense y se presentaron a la asamblea de la ciudad con una candidatura propia.

Esa aventura ha reforzado las aspiraciones de esa «tercera vía» de convertirse en una pieza fundamental para la construcción del PSOE ourensano del futuro. Si, en lugar de optar por la abstención de sus cuatro delegados en el «congresillo» del sábado, hubiesen votado a favor de pedristas o susanistas, el resultado final no habría arrojado el ajustadísimo empate que finalmente se produjo. Seducirles de cara los próximos procesos internos del PSOE será una prioridad para quien quiera tomar las riendas del socialismo ourensano.