Hace cincuenta años era enterrado en Cortegada «uno de los últimos polígrafos», el autor de «Nao senlleira»
18 jun 2023 . Actualizado a las 17:00 h.Galicia perdía hace medio siglo a «una de las figuras más sobresalientes de la cultura gallega», según reflejaba en su información La Voz de Galicia el 12 de junio de 1973. Seis días antes de producirse el triste desenlace del 11 de junio —de hace medio siglo— Fermín Bouza Brey era ingresado en un sanatorio de Santiago de Compostela. En la noticia en la que se daba cuenta de la desaparición «de uno de los pocos polígrafos que quedaban en Galicia» se señalaba que Bouza Brey había muerto a causa de un paro cardíaco y una posterior complicación cerebral.
La noticia había corrido como la pólvora por la capital gallega y aunque la familia no recibía duelo «miembros de la Real Academia Gallega y del Instituto de Estudios Gallegos, a los que pertenecía como numerario, testimoniaron su pésame. Igual lo hizo el alcalde de Santiago, señor López Carballo, y otras numerosas personalidades del mundo de las artes y las letras». Llegaban telegramas de toda la península «donde la personalidad del fallecido gozaba de gran prestigio». Se avanzaban en aquella jornada las citas para honrar al investigador: funeral de corpore insepulto en el santuario compostelano de Fátima para, con posterioridad, realizar el traslado a Cortegada con el fin de proceder a recibir sepultura en el panteón familiar.
Fermín Bouza Brey, que el 31 de mayo había cumplido 72 años, se había licenciado en Santiago de Compostela en Filosofía y Letras y Derecho —en ambas carreras con premio extraordinario—, obteniendo el grado de doctor en la primera. La Voz de Galicia recordaba que «el finado fue uno de los más inteligentes, estudiosos y aprovechados jovenes que tuvieron como maestros a figuras muy destacadas en las Letras y en las Leyes; respectivamente, don Armando Cotarelo Valledor y don Salvador Cabeza de León». Pensionado por la Universidad y la Junta de Ampliación de Estudios, había realizado trabajos de investigación en Francia y Portugal.
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Bouza Brey se había decantado desde muy joven por la carrera judicial, teniendo como destinos el valle de Arán, A Estrada y Santiago. Ya como magistrado, había estado en las audiencias de Oviedo y Pontevedra. Se recordaba, en la noticia en la que La Voz de Galicia informaba de su muerte, que había acometido trabajos y proyectos de investigación en las más diversos campos y que era autor del poemario Nao senlleira, un «extraordinario ramallo de poemas».
Loa de Carballo Calero
De las inquietudes de Bouza Brey y sus proyectos de vida se hacía eco el periódico de forma evidente. «Fue arqueólogo, etnógrafo, prehistorista, historiador, crítico literario, numismata, heraldista, iconografista, folklorista, etc, etc, descollando en estas actividades por sus grandes conocimentos y juicio sereno; además, su estilo literario le permitía tratar las más áridas cuestiones con la mayor amenidad». Del fallecimiento daban cuenta las esquelas de la familia, en castellano y en gallego, y la del Patronato Rosalía de Castro. En dos grandes proyectos estaba enfrascado, avanzando La Voz que los mismos quedarían inconclusos. Para el Centro Gallego de Buenos Aires estaba elaborando el estudio sobre la época romana en Galicia. Dicho trabajo iba a formar parte del cuarto tomo de la Historia de Galicia que estaba coordinando Ramón Otero Pedrayo. Para el segundo cometido había sido becado por la Fundación Barrié y el mismo pasaba por elaborar una biobibliografía de Rosalía de Castro.
El funeral y la misa fueron oficiados en gallego y el sacerdote, Antonio Gómez Vilasó, había estado asistido por el teólogo Andrés Torres Queiruga —en la actualidad uno de los históricos de la Real Academia Gallega—. Finalizada la misa el catedrático de Lengua y Literatura Gallega de la USC, Ricardo Carballo Calero, «en representación de la intelectualidad gallega, glosó con gran emoción la labor de Bouza Brey. Se refirió a su papel en el Seminario de Estudios Gallegos, a su valiosa faceta literaria y al amor por la tierra que inspiró toda la labor del historiador».
Declaración de Cortegada
Pasado el tiempo la RAG acordó dedicar a Bouza Brey las Letras Galegas del año 1992. En diciembre del 2021, la Irmandade Xurídica Galega le rindió homenaje y colocó en su memoria una placa en el cementerio. En la llamada Declaración de Cortegada, que se dio a conocer ese día, se recordaba su condición de pionero en la defensa del uso del gallego en la Administración de Justicia.
12-6-1973
El polígrafo y autor de obras como el poemario «Nao senlleira» moría en Compostela y con él desaparecía uno de los grandes intelectuales de su época.