La icónica bodega de Viña Meín y Emilio Rojo se cuela entre las finalistas de un prestigioso concurso de arquitectura

Rubén Nóvoa Pérez
Rubén Nóvoa OURENSE

OURENSE

La reforma de la bodega, realizada por Mol Arquitectura, opta a un premio de arquitectura sostenible
La reforma de la bodega, realizada por Mol Arquitectura, opta a un premio de arquitectura sostenible HÉCTOR SANTOS-DÍEZ

El estudio ourensano Mol Arquitectura ejecutó un proyecto con una estructura a base de pino de Galicia

29 oct 2023 . Actualizado a las 10:15 h.

La reforma de la icónica bodega Viña Meín-Emilio Rojo, que fue adquirida en el año 2019 por el grupo de Ribera del Duero Pago de Carraovejas, se ha colado entre las diez finalistas del prestigioso concurso de arquitectura sostenible Premio Mapei 2023. El proyecto fue desarrollado por el estudio ourensano Mol Arquitectura y en él se buscó apostar por una arquitectura de kilómetro cero, basada en la bioconstrucción, con una huella de carbono nula, y con un sistema de geotermia pionero. La elección de madera local en todos los sistemas constructivos es otro de los aspectos reseñables de la intervención. De hecho, se trata de la primera bodega de la denominación de origen Ribeiro ejecutada con una estructura de CLT de pino de Galicia.« Al igual que la filosofía de Alma Carraovejas, la reforma de la bodega se centra en crear experiencias inolvidables en torno al vino, como proyecto singular, en busca de un propósito superior, con el compromiso de construir un legado único en O Ribeiro», explican desde Mol Arquitectura.

Viña Meín es un reconocido lugar de producción de vino desde la edad media. Ya en el año 1158, el abad del monasterio recogía en su testamento la labor de plantación de viñas y mencionaba a Meín como un lugar privilegiado de producción. La reforma quería que se mantuviera ese poso histórico. Entre los aspectos técnicos más reseñables de la actuación destacan la trazabilidad forestal, la climatización y procesos de la bodega con geotermia, la integración en el territorio o los emparrados bioclimáticos. 

Interior de la reforma de la bodega Viña Mein-Emilio Rojo, en el Ribeiro
Interior de la reforma de la bodega Viña Mein-Emilio Rojo, en el Ribeiro HÉCTOR SANTOS-DÍEZ

El pulso por hacerse con el prestigioso premio de arquitectura sostenible no será sencillo. Entre los diez finalistas se encuentran prestigiosos estudios como Foster and Parnerts. El fallo de los premios tendrá lugar el próximo 30 de noviembre, en la sede del colegio de arquitectos de Madrid. En el caso del estudio ourensano es la segunda ocasión que entra en los finalistas de este premio. La anterior fue por la recuperación del centro vecinal de Noallo de Abaixo, en el año 2019. Lograron el segundo galardón.

Los aspirantes

Entre las actuaciones que aspiran a llevarse el premio Mapei se encuentran proyectos como la construcción de 24 viviendas de protección pública en playa de En Bossa (Ibiza), el Caixaforum de Valencia, el edificio de I+D+i del campus duques de Soria o la biblioteca Gabriel García Márquez de Barcelona. También se incluye en la lista de nominados Ombú, el proyecto de la empresa Acciona encargado a Norman Foster para recuperar una antigua planta de gas en Madrid y transformarla en un espacio de oficinas con zonas verdes.

El premio Mapei, el mayor productor mundial de adhesivos, selladores y productos químicos para la construcción, es de carácter anual y se otorga a proyectos de arquitectura de obra nueva y de rehabilitación. Persigue, según sus promotores, fomentar la realización de proyectos de arquitectura sostenible con un mínimo impacto en el medio ambiente. Los premios están dotados con más de 10.000 euros entre las tres categorías en que se divide. 

La apuesta de la bodega del grupo de Ribera del Duero, Pago de Carraovejas, por el Ribeiro no es la única que se ha producido en los últimos tiempos. En una línea similar se enmarca el movimiento realizado por el grupo Matarromera, de Carlos Moro, que se ha hecho con bodegas singulares de la denominación más antigua de Galicia. En su caso, la rehabilitación se realizó en Casar de Vide (Castrelo de Miño). También fue una apuesta por la sostenibilidad y por la vanguardia, con un proyecto de rehabilitación que incluyó estándares de alta calidad y tecnología ecológica. En el tejado de la tradicional vivienda de Castrelo de Miño, por ejemplo, se han instalado paneles fotovoltaicos en una casona de 1975.