Lo engañaron haciéndole creer que le enviarían un tractor a Ourense y acabó pagando 25.500 euros en treinta transferencias

Marta Vázquez Fernández
M. Vázquez OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Imagen de archivo del exterior del edificio judicial de Ourense
Imagen de archivo del exterior del edificio judicial de Ourense M. FERNÁNDEZ

Una magistrada de Ourense exonera a la única acusada del engaño, en el que los timadores usaron estrafalarios nombres que no hicieron sospechar a la víctima

04 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

No hay pruebas de que la mujer que se sentó en el banquillo de acusados del Juzgado Penal 2 de Ourense estuviera implicada en la estafa de la que fue víctima un particular. El perjudicado quiso comprar un tractor en una web de anuncios clasificados, y aunque pagó al vendedor el dinero que le pedía, nada menos que 25.542 euros, nunca llegó a recibir el vehículo.

Con sus argucias y en engaños, los delincuentes lo convencieron para que hiciera el pago en 30 transferencias y durante un año, todas de pequeñas cantidades, dificultando así la localización del dinero hasta tal punto que los investigadores solo pudieron identificar a la receptora de uno de los ingresos. Esa sospechosa, la única juzgada por el caso, recibió en su cuenta 260 euros y los sacó con su tarjeta de crédito, pero esta conducta no ha sido suficiente para condenarla por un delito de estafa, como pedía la acusación.

La magistrada echa en falta que se hubieran practicado durante la instrucción del caso más pruebas que evidenciaran que en su cuenta bancaria había otros abonos sospechosos. La mujer explicó en el juicio que no se dio cuenta de la operación y que le llegaban numerosas transferencias porque se dedicaba a la venta de cosméticos y artículos de segunda mano. 

Tampoco se ha podido dar por sentado que la investigada tuviese alguna relación con las personas que idearon el engaño. Llama la atención de este asunto que a la víctima no le resultara sospechoso que le pidieran fraccionar el pago en 30 partes y durante doce meses consecutivos, y que tampoco desconfiara cuando el vendedor se identificó como Master Raymond Edouard y le dijo que el transportista que iba a viajar con el tractor a Ourense se llamaba Marco Polo.

En cualquier caso, ni se pudo dar con los creadores del anuncio ni con las personas, si es que fue más de una, que contactaron con el comprador. Tampoco que la acusada tuviera relación con ellos, por lo que se le absuelve de estafa. La jueza sí advierte que pudo usar indebidamente un dinero que no era suyo, pero insta al perjudicado a reclamar esa cantidad en la vía civil. El resto del dinero puede darlo por perdido, al menos hasta que aparezcan nuevos sospechosos.