El Ribeiro se prepara para diferenciar abiertamente dos niveles de calidad en sus vinos

Las nuevas contraetiquetas del Ribeiro ya han empezado a circular desde el consejo regulador hacia las bodegas que empiezan a embotellas durante estas fechas. La imagen que durante los últimos cuarenta años ha garantizado el origen de los vinos de esta denominación de origen deja paso a otra diferente, aunque aquella no desaparecerá de la vista del consumidor, pues todavía son muchos millones de botellas -de las vendimias del 2015 y anteriores- las que aún están y resistirán en el mercado.

La renovada imagen del Ribeiro, visible solo en la trasera de las botellas, no es la única sorpresa que encontrará el consumidor curioso, el que se para a ver y leer el contenido de las etiquetas. Hasta ahora, la tipología de los vinos amparados se limitaba a ribeiro blanco, tinto y tostado, sin que se hiciera explícita de modo alguno su potencial calidad en función de las uvas empleadas. Con el pliego de condiciones que publicó el DOG el pasado 5 de enero, aunque la contraetiqueta será la misma para toda la producción, el consumidor sabrá que hay un tipo de vino, que aparecerá señalado como «castes» y habrá otro que será simplemente blanco o tinto.

La creación de esa tipología superior atiende, con matices, una vieja reivindicación de algunas bodegas, que pugnaban por establecer diferencias entre los vinos de alta gama, siempre elaborados con las variedades llamadas autóctonas o preferentes, y los básicos, generalmente fruto de la variedad palomino jerez, de menor precio e inferior calidad.

A partir de ahora, tanto en el etiquetado como en las acciones comerciales, podrán las bodegas o los colleiteiros diferenciarse con la denominación «castes» para blanco o tinto, condicionada a la exigencia de emplear uva de las preferentes blancas: treixadura, torrontés, godello, albariño y loureira, o las lado y caíño branco, que ahora se incorporan a la reglamentación.

En el caso de tintos, podrán usar la referencia castes los elaborados con caíño longo, caíño bravo, caíño tinto, ferrón, sousón, mencía y brancellao.

Entre los Ribeiro castes se incluyen también los tostados, un tipo que ya se utiliza hasta ahora para diferenciar estas elaboraciones tradicionales.

Trae la nueva norma, por otra parte, la posibilidad de amparar con el sello Ribeiro y de forma diferenciada los vinos de «barrica», dando tal consideración a los que hayan sido criados, fermentados o envejecidos en recipientes de madera. Generalmente, roble, aunque no necesariamente ha de ser madera de este tipo.

Novedad es, igualmente, que los espumosos puedan incorporar a su marca la etiqueta del consejo regulador del Ribeiro. La norma que ya está en vigor permitirá normalizar el contrasentido de que uno de los vinos de estas características y calidad contrastada, cual es el «Lua Jazz» de la bodega Viña Costeira, hasta ahora limitado por la norma a dejar constancia de ser un producto «elaborado en Galicia», contrariamente a lo que ocurre desde hace años con los espumosos de godello de Valdeorras o los de la denominación Rías Baixas.

La norma impide el uso de la misma marca para los vinos que se presumen de primera, los apellidados castes, y los genéricos. De este modo se evitarán eventuales intentos de despistar al consumidor. Los vinos que no lleguen a la categoría de castes no podrán utilizar en su etiquetado ni ese término, ni autóctono, ni cualquier otro que resulte equívoco, como tampoco el de cualquier variedad de vinífera.

El pliego de condiciones del 2017 incorpora en el apartado de las preferentes blancas las variedades caíño branco y lado. Entre las autorizadas se mantiene la palomino jerez, que, a pesar de sus caída progresiva, aun dejó en la última vendimia 3,4 millones de kilos de uva, casi dos menos que en el 2015 y por debajo de los 5,3 millones de treixadura del 2016.

Se mantiene como autorizada la albillo, de presencia prácticamente simbólica, y se retira, también con escasa presencia, la macabeo (viura, en su denominación más extendida), básica en la elaboración de espumosos y cavas, precisamente ahora que se incorporan este tipo de vinos.

Como autorizadas tintas, es decir, segunda división sin opción a «castes», quedan garnacha tintorera (alicante) y el tempranillo.

Se ha excluido la variedad macabeo y se incorporan las caíño branco y lado entre las preferentes

Los genéricos blanco o tinto no podrán usar en las etiquetas términos equívocos como autóctono

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