Carmen atesora el sueño de Antonio y Hortensia: el Limia de Allariz

Cándida Andaluz Corujo
C. Andaluz OURENSE

ALLARIZ

Ana y Carmen, en el restaurante Limia de Allariz
Ana y Carmen, en el restaurante Limia de Allariz Santi M. Amil

El restaurante alaricano lleva abierto hace cuarenta años

19 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Una vecina de Allariz inició una aventura hostelera. Una apuesta familiar pensada con el corazón. Carmen Limia Fernández decidía coger las riendas del negocio que en los años sesenta montaron sus padres, Antonio Limia y Hortensia Fernández: el restaurante Limia. Naturales de Vilar de Barrio y Allariz, emigraron, ya casados, a Francia. Mientras Antonio trabajaba en el sector maderero, Hortensia lo hacía en la hostelería. Consiguieron así el dinero suficiente para regresar y reunirse de nuevo con su hija Carmen, que se había quedado con los abuelos. Crearon el hotel restaurante Limia en Allariz. «Gracias a su trabajo han tenido mucho éxito», afirma la hija. Con el tiempo abrieron el restaurante que hoy está en la N-525 a su paso por la villa.

En septiembre, Hortensia se jubiló —Antonio falleció hace años— y tras meditarlo mucho, Carmen, que trabaja como funcionaria en Nogueira de Ramuín, ha decidido continuar con el negocio. «Es un homenaje a mi padre», dice convencida de la decisión. Aunque tenga otra profesión, recuerda estar siempre en el restaurante, junto a sus padres. Relata que cuando ella tenía 14, el mismo día de su cumpleaños, lo inauguraron. «Siempre ayudé en el restaurante. Tuve la suerte de estudiar, pero trabajaba todos los días allí. Todos echábamos una mano, mi marido, mis hijos...», relata. Por eso, quizás, por lo sentimental, nunca pensó en el traspaso. Y esa decisión no solo fue importante para ella, sino también para su madre. «No hay cambios, será difícil mejorar lo que se ha hecho, después del trabajo de las personas que aquí estuvieron. Atenderemos a la gente con el mismo cariño de siempre, continuaremos con su forma de trabajar y de cocinar. Mantendremos la esencia de la casa, el buen trato y la relación calidad-precio», explica.

El menú seguirá presente durante la semana y el fin de semana será más de carta. Solo prevé un cambio: construir un espacio para niños en la zona verde que rodea el establecimiento. La mayor parte de sus clientes son fijos, de empresas de la zona. El fin de semana acuden más familias que se desplazan hasta Allariz para pasar el día. No en vano, el Limia sigue ocupando un lugar estratégico, cuarenta años después.