La mitad de las 4.800 ovejas de raza gallega se crían en Ourense

BALTAR

Antonio Cortés Santos

La asociación de productores de ovino autóctono agrupa a 100 ganaderos en Galicia

02 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La mejor desbrozadora del monte gallego bala y anda a cuatro patas. El papel del sector ovino «de calidade» de Galicia como factor de prevención de incendios forestales va a más en los últimos años. La asociación Asovega, la agrupación de criadores de raza oveja gallega cien por cien autóctona, no para de crecer desde su fundación en el año 2000.

De los siete esforzados ganaderos que la crearon se ha pasado a un centenar y las iniciales cien reproductoras de hace algo más de tres lustros se han convertido ahora en cerca de cinco mil. Hace cuatro años esa cifra apenas superaba las tres mil cabezas. Más de la mitad de ese rebaño pasta en Ourense (con especial relevancia en la zona oriental) y, en menor medida, a lo largo de la montaña lucense. No obstante hay granjas extensivas de esta raza de ovino distribuidas por las cuatro provincias gallegas.

El presidente de la asociación de ovino gallego, el limiano Lisardo López Blanco, resume: «Este es un sector que va a más. Constantemente recibimos peticiones de asesoramiento e información de personas que quieren convertirse en ganaderos de ovino de raza gallega».

Aparte de la pujanza económica del sector, los criadores reivindican el papel de este ganado como factor de prevención de la gran lacra del monte gallego: los incendios. «La oveja gallega autóctona es un animal muy resistente y rústico. Come todo tipo de foresta, hierba, rastrojos...», explica López Blanco. Este ganadero añade: «Uno de estos rebaños limpia de masa forestal un montón de hectáreas en poco tiempo. Eso es un factor de prevención muy importante para los incendios que en verano asolan los montes de Galicia».

¿Y la colaboración de los propietarios de monte en mano común con los ganaderos? Como casi todo, va por barrios. López Blanco afirma que en algunos casos sí hay interés y colaboración por parte de los comuneros, pero en muchos otros no existe esa voluntad.

El nivel de ocupación de terrenos forestales para que pastoreen los rebaños aún no es el idóneo. «Nosotros lo que necesitamos es terreno para pastoreo y a veces no es fácil conseguirlo por esa falta de colaboración e interés que hay por parte de algunos comuneros», remarca López Blanco.

Las ventajas de producir ovino con sello de calidad son dos. En primer lugar está la alta cotización de la carne de cordero con sello autóctono. «Se comercializa en carnicerías especializadas en toda Galicia. Desde hace años tenemos un logotipo que certifica que esa carne es de raza autóctona. Su sabor es diferente al de un cordero normal, más suave en boca», remarca el presidente de los ganaderos. El otro factor diferenciador es la lana de las ovejas. «Es una lana muy cotizada, de gran calidad. Es muy valorada por artesanos que la demandan para confeccionar prendas», añade López. La notable resistencia de este tipo de reses provoca que apenas tengan enfermedades, son animales muy sobrios que se adaptan bien al clima y al ecosistema gallegos.

Ocho agrupaciones

Asovega está integrada en una federación gallega de razas autóctonas gallegas denominada Boaga, con sede en Fontefiz (Coles). La federación incluye a agrupaciones de criadores de cinco razas de vacuno (limiá, caldelá, cachena, frieiresa y vianesa), la oveja gallega, la cabra gallega y Avimós, con la galiña de Mos.

Los ganaderos buscan acuerdos con comuneros para aprovechar monte sin uso

No son solo las ovejas. Otras razas autóctonas, como la de vacuno, también limpian la masa forestal gallega y permiten optimizar terrenos comunales que en muchos casos están abandonados a su suerte. Uno de los ejemplos más recientes son las treinta hectáreas de terrenos alquiladas por ganaderos antelanos para que medio centenar de cabezas vacunas de raza limiá puedan pastar en la aldea de Garabelos, en el municipio de Baltar.

La progresiva implantación de la raza autóctona en la comarca de donde es originaria (todavía declarada oficialmente en peligro de extinción) está empezando a desarrollarse.

Esa expansión actual llega después de las primeras experiencias acometidas ya hace más de una década en puntos como el monte de Penamá, en Allariz. Actualmente, existe otra explotación en Os Blancos regentada desde hace unos años por un joven de esa localidad antelana.

A medio y largo plazo

Al igual que las ovejas, la labor de desbroce que realiza un rebaño de vacas autóctona en una zona de media montaña garantiza la limpieza de la foresta en ese punto a medio y largo plazo.

La agrupación de productores de las diferentes razas autóctonas gallegas se integra en otra agrupación a nivel estatal, llamada Federapes (Federación de Razas Autóctonas Españolas). Esta federación nacional vela desde hace años por los intereses de los criadores y por la calidad de los productos de las explotaciones ganaderas amparadas. Federapes agrupa a miles de ganaderos de todas las comunidades autónomas del Estado.