El gerente del Liceo de Ourense se sube al escenario por una buena causa

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

BANDE

José Luis Troitiña, con su guitarra en el Liceo
José Luis Troitiña, con su guitarra en el Liceo Miguel Villar

José Luis Troitiña, además de encargarse de la gestión del espacio ourensano, también canta y toca la guitarra

25 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La mayoría conocen a José Luis Troitiña por ser el gerente del Liceo de Ourense, un cargo que ocupa desde hace exactamente treinta años. Nació en Francia, por casualidad, en 1970. «Allí emigraron mis padres, que realmente son naturales de Bande, y se vinieron ya conmigo, cuando tenía tres años, así que tengo más recuerdos en A Baixa Limia que en cualquier otro sitio», recuerda. Es informático pero, por un cúmulo de casualidades, terminó en la gerencia del espacio cultural ourensano. «Acabé poco a poco derivando en la gestión del Liceo, al que me dedico al 100 % desde 1993», confiesa. Él se encarga de todo, desde la contabilidad a la puesta en marcha de la programación cultural. «Lo que más me gusta es la parte creativa. Haber estado en contacto con artistas y autores como Almudena Grandes, Juan Cruz o Luis Eduardo Aute y poder disfrutar con ellos jornadas enteras fue un auténtico privilegio», admite. «La cantidad de recuerdos que tengo de los protagonistas de las actividades culturales son enormes», añade. Troitiña gestiona la oferta literaria, que en tiempos fue mucho más voluminosa, y también se encargó de añadir propuestas musicales. «Me pareció muy interesante impulsar esta rama artística y a la gente le gustó», afirma. «Tratamos de ser escenario para los cantautores de Ourense, pero también traemos a artistas de fuera», continúa. Precisamente uno de los ourensanos que presenta su proyecto en el Liceo es el propio Troitiña.

El concierto será esta tarde a las ocho y en él tratará de contar su historia a través de versiones de algunos de sus cantantes favoritos. La entrada es gratuita, pero se aceptan aportaciones económicas y todo lo recaudado se donará a la AECC. «A mí siempre me gustó la música y además de todo tipo. Puedo estar escuchando a Los Suaves y cinco minutos más tarde cambiar a Serrat o a clásica», afirma. Dice que a raíz de llevar a su hijo Lucas a clase de música descubrió que él también tenía aptitudes para tocar. «Me animaron a probar las clases de guitarra y ya me quedé hasta hoy», cuenta. Después se apuntó a canto, con Belén Monís. «Poco a poco construí un sueño que ni yo mismo sabía que tenía y de repente un día me vi cantando Al alba, sentado al lado de Aute en el Liceo», comenta.