La opción de compartir un espacio para montar un negocio gana adeptos

La Voz OURENSE / LA VOZ

CELANOVA

En la capital, la Tecnópole, Xinzo, o Barco y Celanova apuestan por esta alternativa

19 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Coworking es un término que cada vez suena menos a chino a los emprendedores ourensanos. Trabajar en cadena o en espacios donde hay más autónomos permite minimizar los gastos y, sobre todo, compartir conocimientos y generar sinergias. En la capital ourensana, a nivel municipal, La Molinera se ha convertido en un referente de las nuevas tecnologías aplicadas al emprendimiento y no podía faltar un espacio de coworking. Está destinado a quienes están constituyendo su empresa, o en una fase muy temprana. En el 2016 apadrinó una veintena de empresas. El Concello también fue pionero en crear un vivero de empresas. Está en el Centro de Iniciativas Empresariais y desde el 2008 ha dado cobijo a 23 negocios. En la actualidad, están ocupados ocho de los nueve puestos.

En el coworking de Xinzo de Limia se impulsaron trece proyectos. Durante cinco meses, los emprendedores van madurando sus proyectos aconsejados por asesores profesionales. Ya está abierto el plazo para participar en la segunda convocatoria.

En el vivero de empresas de O Barco de Valdeorras acaba de quedar un nido libre, de los ocho disponibles. Por la instalación han pasado ya una docena de proyectos, que acabaron abandonando el vivero porque el negocio crecía. «Salvo un caso, que no salió bien el negocio, el resto se fueron porque el vivero se les hizo pequeño; y en otro caso se fueron porque ampliaron horizontes y se fueron de aquí», resume Irene Dacal, edila de Promoción Económica y responsable de la gestión del vivero de empresas. Actualmente en el edificio conviven, entre otros, negocios de cursos de formación, un gabinete de psicología, una empresa de colocación de pizarra, un técnico instalador eléctrico, una agencia de seguros.

En Celanova, se está poniendo en marcha la segunda edición del espacio coworking, con la fase de inscripción de los proyectos que deseen participar. En la primera convocatoria se impulsaron 19 proyectos. Desde una empresa, Patxus, que crea muñecos y pequeños accesorios de tela, una criadora de gallinas alimentadas de forma tradicional -Felisa Álvarez- un estudio de fotografía especializado en moda e imagen social -Imagink- o un depósito de venta de segunda mano y de artesanía -A Broc Batifoula-, entre otras propuestas.

Tecnópole y la Cámara de Comercio de Ourense gestionan las dos grandes incubadoras de empresas que operan en la capital. Se da la circunstancia de que ambas tienen su sede física en el recinto del parque tecnológico, en San Cibrao. La Tecnópole dispone de una superficie de 2.200 metros cuadrados destinados a la incubación por los que han pasado decenas de proyectos tecnológicos que han permitido generar un millar de empleo. El vivero de la Cámara de Comercio tiene capacidad para un total de 16 nidos.

Información elaborada por Marta Vázquez, Sindo Martínez, Maite Rodríguez, Rubén Nóvoa, Xosé Manoel Rodríguez y María Cobas

Un proyecto en marcha en varios ayuntamientos

La creación de espacios públicos desde los que impulsar nuevos negocios es un proyecto en marcha en varios concellos de la provincia. En A Pobra de Trives acudirán a las ayudas del GDR para crear un centro de emprendimiento juvenil en el auditorio Julio Vázquez. En Vilar de Santos se está rehabilitando el antiguo ambulatorio como vivero. En O Carballiño se ha optado por la fórmula de subvencionar a los emprendedores que se instalen en los espacios que se pondrán a disposición en el casco urbano. Se destinará una partida de 7.500 euros para afrontar los gastos de alquiler y la adquisición de equipos. En Ribadavia, donde en tiempos tuvieron vivero de empresas, se ofrecen bonificaciones a las empresas que se instalen en el parque empresarial y hay ayudas para quien rehabilite o cree comercios en el casco histórico. Barbadás ofrece un «niñeiro de empresas» con tres locales.