Piden 33 años de cárcel para el hombre que tiroteó al novio de su hija y a los padres de él en una gasolinera de Tamallancos

Marta Vázquez Fernández
Marta Vázquez OURENSE

CORTEGADA

Tiroteo en la gasolinera de Tamallancos, en Vilamarín
Tiroteo en la gasolinera de Tamallancos, en Vilamarín Santi M. Amil

La mujer del acusado también se enfrenta a cargos de homicidio y lesiones por haber actuado como cooperadora necesaria

24 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

En la tarde del 8 de marzo del 2022 dos familias de clanes gitanos distintos quedaron para verse en una estación de servicio situada en Tamallancos (en el concello ourensano de Vilamarín), al pie de la N-525. Desde la localidad de As Pontes de García Rodríguez llegó una parte: un hombre, su mujer y el hijo de ambos, de 18 años. Desde Amoeiro se desplazaron el resto de las personas citadas, en concreto otro matrimonio con su hija de 17.

Los más jóvenes habían convivido juntos durante unos meses en el municipio coruñés, pero semanas antes la chica había regresado a la casa de sus padres. Se sospechaba que podría haberse producido algún incidente de malos tratos por parte del joven y se acordó que las dos familias fijaran un encuentro «para hablar». Lo que ocurrió fue muy distinto. El padre de la chica acudió al encuentro con una escopeta semiautomática y cuando llegaron a la gasolinera empezó a disparar a sus consuegros y a su propio yerno. Primero los tiroteó en el aparcamiento, accediendo después al bar, donde volvió a disparar, hiriendo no solo a sus objetivos, sino también a un cliente.

Casi dos años después de aquello, el caso está listo para llegar a juicio en la Audiencia Provincial de Ourense. En el banquillo de los acusados de este tribunal se sentarán Esteban M. M., de 50 años, y su mujer, Yolanda G. M., que ha cumplido los 54. La Fiscalía provincial reclama para ellos penas de prisión que, en total, suponen 55 años. Al acusado se le atribuyen tres delitos de homicidio en grado de tentativa y otro más de lesiones con instrumento peligroso. A mayores, se le imputa un cargo de tenencia ilícita de armas. En total, la pena que afrontaría, y que en el juicio podría sufrir modificaciones, asciende a 33 años de reclusión. En cuanto a su mujer, como cooperadora necesaria de dos cargos de homicidio y uno de lesiones, podría ser condenada a 22 años de privación de libertad.

Desencuentros previos

De acuerdo con el relato de los hechos de la acusación pública debido a la relación de los jóvenes se produjeron «varios desencuentros» entre los progenitores en los días previos al tiroteo. Quedaron en verse en la tarde del 8 de marzo y el propósito de la familia de A Coruña era que la novia de su hijo regresara con ellos a As Pontes, pero las intenciones de los padres de la chica no pasaban por intentar arreglar las cosas. En la creencia de que su hija estaba sufriendo malos tratos, habrían decidido tomarse la justicia por su mano y «con la intención de terminar con la vida» de los miembros de la otra familia, nada más llegar al lugar de encuentro llevaron a cabo su plan.

Habría sido Yolanda la que atrajo a las víctimas hacia el aparcamiento de la estación de servicio. Entonces Esteban empezó a disparar. Primero atacó a su yerno en la pierna derecha. Luego, cuando su madre gritó, dirigió el rifle hacia ella y le disparó también en las extremidades inferiores. Los dos hombres buscaron refugio dentro del establecimiento y el agresor los siguió. Al joven le disparó por detrás, alcanzándolo en la espalda y el brazo. Ya dentro de la cafetería, disparó dos veces más, hiriendo al padre del chico y a un vecino que estaba tomando café.

Las cuatro víctimas tuvieron que ser ingresadas en el Complexo Hospitalario de Ourense, CHUO, debido a las lesiones que presentaban. Las consecuencias más leves fueron las de la mujer, si bien tanto su marido como su hijo tuvieron que afrontar consecuencias más severas que precisaron muchos días de hospitalización. En cuanto al vecino que tomaba algo en el bar, sufrió un traumatismo torácico y fracturas costales.

Para la fiscalía las lesiones de los tres hombres suponen un delito de homicidio en grado de tentativa, mientras que lo sucedido a la mujer constituiría un delito de lesiones. Aunque fue Esteban, o eso se supone de momento, quien apretó el gatillo, que su mujer estuviera allí y ayudara en el plan la convierten en cooperadora necesaria.

El acusado fue detenido poco después del incidente, cuando ya había abandonado el lugar de los hechos y estaba llegando a su domicilio. Llevaba consigo el rifle, para cuyo uso no tenía licencia. De ahí que se le atribuya un delito de tenencia ilícita de armas. Desde entonces se encuentra en prisión preventiva.