La familia desconfía de que haya avances en el caso de Socorro Pérez

Maite Rodríguez Vázquez
maite rodríguez OURENSE / LA VOZ

ESGOS

Santi M. Amil

La policía asegura que trabajan en él y que la investigación está mejor que el año pasado

03 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Dos años después, la herida por la desaparición y el homicidio de Socorro Pérez sigue abierta. La familia y allegados realizaron una ofrenda floral en el monte del seminario -donde se encontraron sus restos el 6 de junio del 2015, más de un mes después de denunciarse su desaparición-. Según la Policía Nacional, que sigue con la investigación, en estos últimos meses han trabajado mucho y el caso está mejor que el año pasado, lo que hace tener perspectivas de poder llegar a conseguir resultados.

Sin embargo, la familia se siente sin «ninguna noticia ni ninguna esperanza» después de dos años. «Esperemos que la providencia, el destino nos permita saber algo de por qué ocurrieron estos hechos y por qué fuiste la elegida para este criminal suceso y que el asesino o asesinos puedan ser puestos a disposición de la justicia, sin venganza», proclamó Jesús María Pérez Barreiros, primo de la víctima, ante la ofrenda floral depositada ayer en memoria de Socorro Pérez. Pidió a las autoridades políticas y a los cuerpos de seguridad que pongan «todos los medios» para que su caso no sea de «segunda o tercera división».

Otra familiar, su prima Paula Rodríguez -que conocía su carácter y sus costumbres- subía por primera vez ayer al lugar donde apareció lo que quedaba del cadáver. Ella reconoce que el caso fue complicado desde un primer momento, por no haber aparentemente una persona que pudiese tener una conexión directa con la víctima. No tenía pareja, por lo que se descartó la violencia de género, o alguna enemistad debido a deudas o cualquier otro motivo, lo que dificultó sobremanera dirigir o encaminar la investigación por una línea concreta. «É certo que se é unha persoa descoñecida é moi difícil, pero eu fun perdendo a confianza na policía», decía ayer Paula Rodríguez.

La prima se declaraba sorprendida con el lugar en el que aparecieron los restos -hallados por unos cazadores amigos del padre de Socorro Pérez que seguían buscando por su cuenta- por ser un lugar bastante infrecuente para hacer deporte. «Agora mesmo penso que a trouxeron nun coche, que ela non pasaba por aquí. Pensaba que a zona era máis baixa. Ata aquí non subiu correndo, é demasiado alto. Non entendo pero é que tampouco sei o que pensa a policía. Espero que sexa certo que teñen algo concreto, pero non me cadra», declaró ayer la prima.

El subdelegado del Gobierno, Roberto Castro, aseguró ayer que el caso de este homicidio no está guardado «en un cajón» y que se sigue trabajando en él. Castro apuntó que la policía trabaja ahora sobre una lista más acotada de posibles sospechosos, que cifró entre cuarenta y sesenta personas. No obstante todavía quedan muchos por descartar. En principio, indicó, se sospecha de un único autor, aunque no quiso dar más detalles. Según cree la policía, el crimen de la vecina de O Couto fue un acto casual, un homicidio de oportunidad, en el que el autor no buscó a la víctima sino que pudo ser tanto ella como otra persona.

Sin embargo, para la familia, según dijo Rodríguez, hubo descoordinación policial en las primeras horas y en la toma de declaraciones. «A min preguntáronme por algo que xa dixera, non se recolleu a información rigorosamente, non tomaban notas nin facían gravacións. E era un caso difícil, eu o recoñezo, e grazas que apareceu», dijo la prima de la fallecida.

La búsqueda de Belén Rodríguez continúa sin más referencias claras desde el 7 de abril

Otro caso que tiene abierto la Policía Nacional en Ourense es la reciente desaparición de otra ourensana, Belén Rodríguez, a quien se vio por última vez el 7 de abril. Desde que se hizo pública la denuncia de su desaparición, la comisaría ha recibido bastantes llamadas de personas que dijeron haberla visto en distintas circunstancias. Se realizó una búsqueda intensiva en las zonas que se sabía que la mujer solía recorrer, como el monasterio de San Pedro de Rocas o el barrio de O Polvorín, donde estaba la vivienda de su abuela. Se utilizaron medios aéreos, terrestres y acuáticos, además de los canes del servicio cinológico de la Guardia Civil, especializados en la búsqueda de personas. También se investigó una llamada de alguien que dijo verla en la provincia de Burgos, aunque no se ha descartado ni confirmado que esta información fuera cierta. Se sigue a la espera, después de haber publicado fotografías en medios de comunicación, de que se puedan dar nuevas pistas que confirmen o no esta posibilidad.

Mientras tanto, la referencia más clara para la policía sigue fijada en el día 7 de abril. Esa tarde, hubo testigos que la situaron en tres horas diferentes en distintos puntos de la ciudad, pero en todos los casos describieron que estaba en un estado de enajenación. El día de su desaparición llevaba cinco días sin comer, según había manifestado ella misma, para hacer una limpieza y se la vio también haciendo cosas extrañas, como hilando una aguja con un cabello suyo en un curso que dio o tirándose de los pelos el día que desapareció. Se la vincula con una secta.