Ourense sube al carro de la hierba sintética

Luis Manuel Rodríguez González
luis m. rodríguez OURENSE / LA VOZ

MACEDA

La totalidad de los municipios de más de 5.000 habitantes cuentan con la superficie artificial

29 abr 2016 . Actualizado a las 21:48 h.

La provincia de Ourense ha tenido desde hace años una asignatura pendiente en el ramo de las infraestructuras deportivas, relativa a los campos de fútbol de superficie sintética, los utilizados sobre todo en las categorías de base.

El último en reabrirse tras su remodelación fue el de Maceda, esta misma semana con la presencia del seleccionador nacional Vicente Del Bosque. Pero un total de 178 son los recintos balompédicos que se contabilizan en la provincia, dentro del Censo Nacional de Instalaciones Deportivas. La cifra crece con rectángulos destinados a la práctica del fútbol y regentados por entidades privadas y escolares. Poco a poco -en una época de decreciente inversión pública-, la modernización de esos emplazamientos tiende a optar por el césped artificial, por razones de mantenimiento o por alcanzar un alto nivel de uso.

Comenzando por la capital ourensana, además del emblemático Estadio de O Couto, en proceso de renovación, encontramos la hierba artificial en Oira (desde 2001) y Os Remedios (2006). Las más utilizadas y ya casi mirando hacia nuevas obras en sus dependencias. De hecho se fueron incorporando el campo de fútbol 8 en el primero y el de fútbol 5, más recientemente. Eiroás, Salesianos, el Colegio Miraflores y el Campus albergan otras superficies con connotaciones especiales, sea mediante convenios o la gestión privada. Aún así, quedan campos municipales como el de Vilar de Astrés, Palmés o Seixalbo, de tierra todos ellos, que siguen a la espera de un lavado de cara. El último recuperó este curso al heredero de su histórico equipo y podría cumplimentar las necesidades de otros clubes.

En cuanto al resto de ayuntamientos que superan los 10.000 habitantes, Verín, O Carballiño, O Barco, Barbadás y Xinzo disponen de infraestructuras con superficies sintéticas de un caché bastante aceptable, tanto para entrenamientos como para los conjuntos de categorías inferiores. Al contrario, Barbadás (Tercera División) es el único que no dispone de hierba natural.

Si ponemos el listón en los concellos de más de 5.000 habitantes, Allariz, Celanova, Pereiro de Aguiar y Ribadavia también cuentan con alternativas artificiales a sus localizaciones más tradicionales, si bien en la capital de O Ribeiro una infracción por no respetar la distancia con el viaducto de la Autovía Rías Baixas propició su cierre. Se reabrió de modo parcial, utilizando una cortinilla para delimitar el área inutilizada, pero sigue dando pie a discusiones políticas, teniendo en cuenta que se construyó con inversión pública llegada desde el consistorio, la Diputación de Ourense y la Confederación Hidrográfica Miño-Sil.

Además del recientemente restaurado Cardenal Quiroga, en Maceda, otros municipios de menos de 5.000 habitantes también han logrado reunir financiación suficiente para disponer de materiales prefabricados en Maside, San Cibrao (Polígono), Muíños, Bande o Cea.

Tampoco se puede olvidar la opción del campo del complejo de Monterrei (Pereiro de Aguiar), donde el atletismo puede convivir con la práctica del deporte rey, si bien ha sido el rugbi el que encontró acomodo en otro de los feudos tutelados por la Xunta de Galicia.

O Medo. El Concello de Pereiro de Aguiar dispone del campo sintético de Loñoá, pero en Primera Autonómica podemos encontrar al Atlético Vilariño en una de las instalaciones más curiosas de la provincia. foto miguel villar

Renovación pendiente. De los tapetes sintéticos de la capital provincial, el de Oira es el más antiguo y, por tanto el más próximo a una renovación. Su nivel de utilización ha sido muy alto. foto miguel villar

Polémica al pie de la autovía. La caída de un objeto desde el viaducto forzó el cierre del campo sintético de O Xestal, por no cumplir con la reglamentación. Solo se reabrió una parte del recinto. foto santi m. amil

Convenio con una comunidad de montes. Es otro de los peculiares rectángulos de tierra que quedan en la provincia, en su día cedido por los vecinos para el uso de la entidad municipal. foto miguel villar