«Tenía muchas ganas de nieve y ya que hay, había que venir»

María Cobas Vázquez
María Cobas O BARCO

MANZANEDA

Cientos de personas disfrutaron de la estación de Manzaneda

24 feb 2024 . Actualizado a las 22:00 h.

Manzaneda es el referente para el esquí en Galicia y el norte de Portugal. Después de unos años en los que parecía que del otro lado de la raia ya no tenían el macizo central entre sus destinos de nieve, hoy regresaron masivamente. Gallegos y lusos volvieron a convivir en la montaña para disfrutar del esquí. Había muchas ganas después de una temporada que empezó pronto (el día después de Reyes) pero que se vio interrumpida también con la misma celeridad. Con febrero encarando su última semana, lo cierto es que las oportunidades de disfrutar del esquí y el snow han sido escasas este año y eso se notaba en Manzaneda.

Cientos de personas eligieron la estación para pasar el sábado. Y no importaba que la previsión del viernes solo avanzase dos pistas abiertas. Eso sí, los que confiaron en las nevadas nocturnas, en el trabajo de los operarios de la estación y en los cañones de innivación se encontraron mucho más: 14 pistas abiertas y más de 11 kilómetros esquiables.

Para llegar a primera hora tocó madrugar. En algunos casos, casi se podría hablar de trasnochar cuando el entrevistado respondía en portugués. Las matrículas lusas abundaban y no solo de la zona de Chaves, como se podría pensar por la cercanía de la frontera, sino que muchos llegaban también de ciudades costeras como Oporto. En la ruta más corta, entrando a Galicia por Verín, supone recorrer 266 kilómetros, con un tiempo estimado de tres horas y diez minutos. Nuno Machado y su familiar salieron a las cuatro de la madrugada para llegar y desayunar bien antes de que comenzase el día de esquí.

Había mucha gente haciendo uso de los remontes, aunque cada vez son más los que eligen Manzaneda para disfrutar de la nieve de otra manera, en una vertiente más lúdica, sobre todo cuando hay niños en la familia. En casi cualquier punto de la estación podían verse menores —y algunos que ya no lo son— buscando cualquier pequeña ladera para tirarse con el trineo, disputar una guerra de bolas o hacer un muñeco de nieve.

Fueron horas disfrutando de mucha nieve aunque no siempre fue fácil. La niebla se fue volviendo más espesa y las fuertes rachas de viento obligaron a parar el telesilla al filo de la una del mediodía. Fue el momento que muchos deportistas aprovecharon para comer, provocando colas en la cafetería a pie de pista —la opción elegida por los que confiaban en volver pronto a calzarse los esquís, que cumplieron el requisito con un bocadillo devorado de pie— y también en el autoservicio —elegido sobre todo por las familias—, donde seguían dando comidas a las cinco de la tarde. Aunque también había muchos pícnics improvisados en coches y furgonetas.

El vigués Roi Guitián hace años que esquía y habitualmente elige Pirineos para disfrutar del deporte blanco, pero esta temporada no pudo ir y «hoy que cayó nieve vine hasta aquí». Madrugón para disfrutar de la jornada, porque ante la previsión de lluvia para hoy decidió regresar a casa en el día. «El problema es el viento y cerraron el telesilla porque arriba no se ve nada [contaba a la una del mediodía], pero por abajo está relativamente bien». Carlota Acosta, de Marín, es una habitual. «Siempre que hay nieve y se puede esquiar intentamos venir», decía. Así que estaba claro el plan: «Teníamos muchas ganas de nieve y ya que hay, había que venir».

La previsión avanza un domingo de subida de temperaturas y lluvia, lo que hacía inviable pensar en poder innivar durante la noche. Eso sí, para el lunes se espera un desplome de los termómetros que, de cumplirse, permitiría seguir fabricando nieve para aumentar el espesor y alargar la temporada.