Sesenta años juntos y felices

O CARBALLIÑO

Oscar Vazquez

José Fernández Pérez, de A Rúa, y María del Carmen González González, de O Carballiño, celebran hoy en Vigo su vida en común

27 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

José Fernández Pérez y María del Carmen González González cumplen hoy 60 años de casados y lo van a celebrar con una gran fiesta que les han preparado sus hijos. José, de A Rúa, y María del Carmen, de O Carballiño tienen 90 y 88 años respectivamente y conservan una salud excelente que les permite continuar disfrutando cada día de todos sus seres queridos. Lo hacen en Vigo, donde viven.

María del Carmen es una lectora empedernida y José un gran amante de las caminatas que siempre disfruta de paseos por Samil. Aún conduce, pero hace poco estuvo ingresado por un problema de salud que ha podido superar porque es un hombre muy guerrero.

Hace una década que son suscriptores de La Voz, que leen a diario para estar al tanto de todas las noticias de actualidad. En el momento de hacerles la fotografía, desconocían que era para ilustrar este reportaje con motivo del aniversario de su boda, por lo que será una sorpresa para ellos.

La pareja forma parte de ese Vigo que hace décadas se nutrió de gallegos de otros lares que contribuyeron con su esfuerzo diario al progreso de la ciudad.

María del Carmen fue una de las primeras mujeres licenciadas de O Carballiño. Guiada por su gran curiosidad, estudió Químicas y después hizo Magisterio para centrar su carrera profesional en el mundo de la enseñanza.

Muchos vigueses la recordarán porque se jubiló impartiendo clases de geología en el Instituto Santo Tomé de Freixeiro, donde sus alumnos la conocían cariñosamente con el sobrenombre de La Piedritas. También dio clase en el instituto de O Porriño. Hoy en día todavía sigue ayudando a sus nietos ante las dudas que les surgen en sus estudios universitarios, según cuenta su hija Carmen.

Aquel mozo de A Rúa se enamoró de la joven profesora que había llegado al pueblo para dar clase en un colegio que la acababa de contratar al finalizar sus estudios. Corría la década de los años 50 y José trabajaba en el bazar El Barato, un negocio grande que llevaba con sus hermanos y que tenía de todo. Él era un joven muy apuesto a quien conocían como Rodolfo Valentino y logró captar la atención de la recién llegada, que se hospedaba en un hotel del pueblo.

El amor surgió entre los dos al poco tiempo de conocerse. Se casaron en 1957 y en la localidad ourensana fue donde nacieron cinco de sus seis hijos. María del Carmen fundó un colegio en A Rúa, el de Nuestra Señora del Carmen, que hoy en día ya no existe. En 1970 obtuvo plaza en O Porriño como maestra nacional y la familia se desplazó a la villa del Louro, donde nació su hijo pequeño. No fue hasta cinco años más tarde cuando por fin se mudaron a Vigo. María del Carmen obtuvo plaza en el instituto vigués, mientras que su marido abrió un almacén de calzado, Zapatería Fernández, en la calle Barcelona, que continúa llevando uno de los hijos.

En el «Un, dos, tres»

Entre las anécdotas que han quedado para el recuerdo se encuentra la participación de María del Carmen en el célebre programa realizado por Narciso Ibáñez Serrador, Un dos tres. Acudió al programa con un compañero del instituto dispuestos sobre todo a vivir una experiencia divertida. Pero también lo hicieron con el objetivo de ganar un dinero para ayudar a sus alumnos a pagarse el viaje de fin de curso. Y la suerte les sonrió, porque consiguieron llevarse 31.200 pesetas, un buen pellizco para la época que les vino muy bien a los estudiantes. Además tuvieron la enorme suerte de ganar el coche en la subasta, el regalo estrella del concurso que cumple ahora su 40 aniversario.

Carmen Fernández, una de las hijas de José y María del Carmen, logró ponerse en contacto con un amante y documentalista del mítico espacio que cumple su 40 aniversario, que amablemente le pudo enviar algunas imágenes de la participación de sus padres. También se puso en contacto con el profesor compañero de su madre que acudió con ella y que también se alegró mucho de recordar viejos tiempos.

A la fiesta de hoy acudirán sus hijos, nietos, que ya han crecido y cursan estudios universitarios, así como primos, sobrinos y amigos. Será un homenaje por una larga trayectoria de dedicación a la familia y al trabajo.

Muchos viajarán para poder asistir a este encuentro. «Son unos guerreros, es lo que nos han transmitido a los hijos, nunca los hemos visto deprimidos, siempre han sido un gran ejemplo para todos nosotros», cuenta su hija Carmen mientras ultima los preparativos.