El vestigio romano se lleva a domicilio

sindo martínez XINZO / LA VOZ

OÍMBRA

Santi M. Amil

Los habitantes de O Espiño, en Oímbra, guardan aras y molinos de casi 2.000 años en sus viviendas

07 abr 2017 . Actualizado a las 07:46 h.

O Espiño, a escasos kilómetros de la raia seca entre Oímbra y Montalegre, tiene el honor de ser uno de los pueblos españoles con más vestigios romanos por domicilio. La reciente datación de un ara romana del siglo II en honor al dios Xúpiter y de otros restos ha confirmado lo que todos en el pueblo intuían,: l enorme riqueza patrimonial de la aldea.

Dos piedras en honor a la deidad romana, decenas de molinos de piedra de los primeros siglos de la cristiandad, restos de cerámica, muros de un castro celta y varios petroglifos de la Edad del Bronce inscritos en las rocas cercanas al núcleo conforman este variado compendio de pequeños tesoros histórico-artísticos.

Los más numerosos son los molinos  de piedra datados a partir del siglo III. Algún lugareño tiene hasta media docena de estas antiguas piedras a la entrada de casa o en las paredes del cierre del huerto. Uno de ellos, que solicita el anonimato, temeroso de que Patrimonio pueda reclamar alguno de los restos, comenta: «Hasta hace un mes no fuimos conscientes de la antigüedad de los vestigios». Y añade: «Vino una arqueóloga y confirmó que las piedras junto a la capilla eran ruinas de un castro, que dos piedras eran aras romanas y que la cerámica esparcida también era muy antigua».

Las dos aras del II en honor a Xúpiter están en la capilla y en una vivienda particular. En la ubicada en el templo, además de las inscripciones XOM en honor a la deidad por antonomasia del mundo romano, se puede distinguir una cabeza de toro en relieve en uno de los laterales.

La «apropiación» de este tipo de restos en un caso como el de O Espiño no es irregular, desde el punto de vista legal. Los vecinos fueron recogiendo trozos de los muros del castro que fue arrasado por las labores de concentración parcelaria acometidas hace 20 años. «Cada cual se llevó algunas piedras de esos muros para casa. La mayoría de los vecinos del pueblo las tiene», asegura este residente.

No reconocidos

Esos bienes no estaban ni datados ni reconocidos oficialmente. De hecho, el castro celta ubicado junto a la iglesia no está inventariado por Patrimonio. Días atrás, la arqueóloga Nieves Amado Roldán y otros miembros de las agrupaciones Alto Támega y Asociación cultural Monterrei comunicaron formalmente a la Xunta la existencia de un total de 22 hallazgos arqueológicos en Oímbra, Monterrei, Laza y Cualedro. Patrimonio deberá verificar formalmente la trascendencia de todo lo encontrado. Roldán sí señaló, como experta, la antigüedad de los hallazgos a falta de datación exacta de las diferentes piezas.

A partir de ahí y de forma inminente los vestigios -fundamentalmente los restos de los tres castros de O Espiño, Guimarei y San Martiño- pasarán a estar contemplados en los respectivos planeamientos urbanísticos municipales como bienes a proteger. La comarca verinense cuenta con más de 200 petroglifos, varios castros celtas y una infinidad de lagares rupestres.