Las arquitecturas de alma

Tareixa taboada OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

ANDREA ESTÉVEZ

Visiones de Ourense a través de la pintura de Paco Ascón en el Centro Cultural Marcos Valcárcel

09 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Paco Ascón presenta para el centro cultural Marcos Valcárcel, una selección de más de una treintena de pinturas que representan perfiles paradigmáticos de la ciudad de Ourense y comarca. Escenas del rural próximo, testigo de un Románico húmedo de piedras erigidas con el tatuaje indeleble de sus firmas de cantero, en firmes campanarios de Iglesia, con encuadres de insólitos frentes, torres empañadas de campanarios coronadas por cruces de vivos y muertos que se alzan en un cielo arañado de nubes. Como la Iglesia de Ganade, con el cementerio abrazando su portada principal, la cascada de musgo aterciopelado de San Pedro de Rocas de un verde flúor de ensoñación irreal, Santa María de Xares, en A Veiga, la iglesia de su pueblo, tan alta cerca de Trevinca, que la nieve, en invierno, duerme en sus milenarias piedras y a sus pies, el Xares, mece sus lenguas derretidas y refleja la linterna de la iglesia en su fachada neolásica, con la resaca del recuerdo de todos los estilos artísticos que en más de diez siglos de cambios, la ampliaron en sus múltiples intervenciones.

La zona del Xares se representa en la intensidad cromática de sus matices definidos por el tratamiento de la luz, el cambio estacional y la simbiosis entre la mirada intelectualizada y el sentir subjetivo del artista.

Tomando de la scuola grigia la pintura de caballete a plein air, que posteriormente llevó a los impresionistas a pintar directamente los efectos de la luz en el paisaje y en la corrient+e de investigación que a través de la observación va de la Catedral de Rouen de Monet al Sol del membrillo hiperrealista de Antonio López, Ascón aclara u oscurece su paleta según los efectos atmosféricos, el instante y su gradación lumínica, en la suavidad o violencia de sus sombras según la intensidad y la vinculación a un paisaje doliente o intimista, vehículo poético de expresión del ánima del artista, independientemente de su lectura objetiva y su representación académica e imitativa de la realidad, fruto de una interiorización de la escena. Una reflexión pictórico-lirica para introducir el interés por investigar la renovación del lenguaje con un discurso conocedor de Turner y academicista de Llorens, en la forma de representar los elementos principales y la sombra del primer plano, la pincelada fina, vital de uso expresivo y los contrastes cromáticos en paisajes de proyección inclinada y encuadres fotográficos como Bidueiro en Xares arrancando reflejos multicolores del bosque gallego en otoño. Apenas se aprecian referencias humanofigurativas en la exposición que Ascón presenta como «Ourense é Arte», salvo la expresiva anciana que en Desolación languidece, presa de la frustración por la impotencia y la angustia de ver el bosque en llamas, sublimando el personaje que caracteriza en tipo popular desde la proximidad cómplice de una naturaleza femenina y matriarcal heredera de la Pardo Bazán. Su mirada no busca lo sublime del paisaje romántico pero adquiere calidades introspectivas próximas al paisaje monumental de Friedrich.

Cronista de una ciudad con extensa presencia medieval, pinta rincones inconfundibles del Ourense viejo, manteniendo la originalidad de sus encuadres y alterando la perspectiva de sus visiones. Transitando por las húmedas calles Lepanto y de las Tiendas, atravesamos la imagen reverberante e invertida de la Catedral en sus charcos; potenciando el plano inclinado de la Plaza Mayor en su suelo mojado, una muy contrastada Santa María Madre, en sus planos aristados de luz y sombra, se refleja. El cimborrio de la Catedral arde a la luz de un atardecer de verano que antecede a un nocturno violento y la Torre del reloj, cantando los minutos y las horas. Atravesando las estrechas calles de la zona vieja y entre desafiantes miradas de esquivos felinos, la egregia presencia de la Iglesia de la Trinidad parece imponente. Una técnica mixta presenta desde los soportales, una vista de la Plaza del Trigo y en la fuente de la Plaza del Hierro, el agua parece salpicar el espacio que dilata. Paco Ascón reproduce el protagonismo de la arquitectura y su relación con el paisaje y las funciones o disfunciones que interactúan con el espacio circundante.

critica de arte