Igualmente

Ruth Nóvoa de Manuel
Ruth Nóvoa DE REOJO

OURENSE CIUDAD

26 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Ourense en Común quiere que el Concello de Ourense rectifique y le quite el recién concedido premio Clara Campoamor al fiscal Julián Pardinas por una razón de peso: porque es hombre. ¿Por qué digo que es una razón de peso? Pues porque el argumento, al menos así lo veo yo, se cae por su propio peso.

El galardón quiere reconocer el trabajo de personas (y personos, supongo) e instituciones que trabajan en pro de la igualdad. Y quien se lo lleva lo decide un jurado del que forman parte personas nada sospechosas de ser machistas como la directora del centro de información a la mujer o la jefa de negociado de la Concejalía de Igualdad. No tengo suficientes conocimientos ni el necesario criterio para saber si el trabajo que desarrolla el fiscal merece o no un premio. Tampoco para determinar si el resto de finalistas, que eran mujeres, se lo merecen más que él. O menos. Pero me parece que ser hombre no debería descalificar a nadie para luchar por esa igualdad que tanto necesitamos y que no acabamos de lograr. No creo que se nos dé muy bien algo tan urgente si decidimos que la mitad de la sociedad no tiene nada que decir en esto. No creo (no quiero) que se descalifique a alguien para algo por ser hombre como no quiero que se me descalifique a mí por ser mujer.

«Recoñecer o traballo dun home representa o peor da desigualdade, reafirmando o  patriarcado imperante na sociedade en que vivimos».

Eso decía la concejala Ledicia Piñeiro. Ojo a la primera parte de la frase. Yo lo veo más bien así: «Non recoñecer o traballo dun home por ser home representa o peor da desigualdade».

Al final todo esto se reduce, permítanme la expresión, a una pirola. Sí, sé que suena un punto grosero pero es muy gráfico. Aquí no se está hablando de igualdad sino de pirolas. No importa lo que el premiado, sea el fiscal o sea otro, haya aportado a la causa. Lo que importa es que tiene pirola. No es que no sea digno del premio porque no desarrolla bien su trabajo sino porque es hombre. A mí me resulta tan absurdo como una vez que, respecto a mi predecesor, me dijeron: «Es que él era un señor. Y usted es una chica». No pude más que darle la razón. Lo que para mí era una obviedad para él era un problema: yo no tenía pirola.