«La ética médica está en las pequeñas cosas»

Fina Ulloa
Fina Ulloa OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

CEDIDA

La autora del cómic «Con-Ciencia Médica», Mónica Lalanda, abre hoy la semana cultural de la Academia Médico Quirúrgica

06 abr 2017 . Actualizado a las 13:24 h.

El Liceo de Ourense acoge a las 19,30 horas la apertura de la exposición «Ética médica a colores», con una selección de dibujos de Mónica Lalanda. Esta doctora palentina ha convertido su vena artística en una llamada de atención sobre la deontología médica con humor e ironía. Además de la exposición, los ourensanos podrán escucharla en una ponencia titulada «El corazón de la medicina: el buen médico y el médico bueno».

-¿Qué diferencia a esas dos catalogaciones?

-Casi todos los facultativos son buenos médicos, con muchos años de formación y habiendo atravesado muchos filtros. Los buenos médicos saben tratar la enfermedad. El médico bueno, además, se preocupa y trata al enfermo, no solo su patología. Esa es la faceta para la que nadie te prepara y que ni siquiera resulta un factor condicionante a la hora de poder entrar a la facultad de medicina. La empatía y la compasión diferencian a un buen médico de un médico bueno. Alguien describió la medicina como una ciencia de tres cés: Ciencia, Conciencia y Coraje. Desafortunadamente en la única en la que se sigue poniendo el peso para la selección y la formación es en la primera.

-¿A qué se debe su interés por el trato médico-paciente?

-Es una evolución natural. Con los años te vas dando cuenta que mucho de lo que hacemos no vale para gran cosa y muchas veces simplemente acompañamos en procesos que se curarían también sin nosotros. Pero tanto si «salvas una vida» como si acompañas en el camino, hay algo que el paciente agradece siempre: la faceta humana. La vida te va colocando como paciente y como familiar y vas pasando de esa especie de arrogancia médica a la humildad de saber el efecto que tiene una sonrisa. Pero lo más importante es que he desmitificado los términos Ética o Deontología. Durante mucho tiempo los veía como un campo paralelo para quien fuera algo filósofo y quisiera hablar de la eutanasia o del trasplante de cara. Pero la ética no está solo para grandes temas ideológicos sino en las pequeñas cosas y el día a día con cada paciente. La ética y la deontología son inseparables de la ciencia, son el corazón de la medicina.

-¿Cree que hay que enfatizar esa visión entre profesionales?

-Sin duda. Hay estudios al respecto que ya demuestran que el Código Deontológico es un gran desconocido, que no se usa para guiarte en tus acciones. Es cierto que buena parte de la ética es intuitiva y la mayoría de profesionales lo hacen bien, pero hay cosas que se pueden aprender, que se deben hacer mejor. Hay investigaciones que confirman que se puede aprender a ser más empático y que además eso redunda en mejores resultados de salud del paciente. Es importante desmitificar el Código Deontológico y eso es lo que intenté hacer con la publicación de mi libro Con-Ciencia Médica, de la editorial LID: acercarlo al profesional y demostrar a la sociedad lo que debe esperar de nosotros, sin conformarse con menos.

-¿La deshumanización de la medicina tiene más que ver con la actitud personal o con las limitaciones del sistema?

-Yo dudo que la medicina haya estado más humanizada antes que ahora, pero la creencia de que nuestro nivel de humanidad ha ido disminuyendo al aumentar la tecnología está muy aceptada. Me cuesta creer que el médico que siempre ha sido cercano con sus pacientes deje de serlo porque tenga que usar un ordenador. Lo que si es cierto es que tenemos una carga asistencial brutal, hacemos turnos largos y muchos no tenemos seguridad laboral. Todo junto hace que tengamos demasiadas cosas en la cabeza y puede contribuir a esa deshumanización. Por otro lado, se nos empieza a distribuir el trabajo como si fuéramos mecánicos de la salud y es frecuente que no puedas hacer seguimiento de tus propios pacientes o que te tengan cada día en un centro de salud o haciendo solo guardias. Me preocupa que la moda de hablar de la deshumanización suponga una excusa para que algún político decida que el problema del sistema no son los recortes terribles y la carencia de medios humanos sino nuestra. Mientras seamos los profesionales los que reflexionemos sobre esto y actuemos, será positivo; pero si pasa a ser una nueva arma arrojadiza, nos dañará aun más y con ello a los pacientes.

-¿Está cambiando solo la medicina o también la sociedad?

-Socialmente hay un cambio brutal que en el mundo sanitario está causando una presión que podría hacerse insostenible. Nunca se ha podido acceder a tanta información como ahora y eso está creando una generación de cibercondríacos. Si te duele la cabeza y buscas en Internet, entre las primeras respuestas aparece el tumor cerebral o la meningitis. Vas a salir corriendo al médico. Hay una especie de pérdida de sentido común generalizado. En la mayoría de las Urgencias se evitaría una proporción importante de pacientes poniendo a la puerta una abuela de las de antes aconsejando a uno echarse un rato, a otro una manzanilla y al siguiente comprarse los zapatos más grandes. Ahora todo acaba en el médico y con prisa. Se ha creado una dependencia bestial de los médicos. Hay una obsesión tremenda con la salud y mínima tolerancia al malestar.