El «¡Basta xa!» de Jesús Vázquez

OURENSE CIUDAD

El alcalde de Ourense arremete contra la oposición

25 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Será casualidad o no, pero el alcalde de Ourense, el popular Jesús Vázquez, eligió el día en que se cumplen dos años de las elecciones municipales para lanzar un grito, casi de auxilio, hacia los otros grupos políticos. En resumen, Jesús Vázquez vino a decir que la oposición se levantaba cada mañana con el único objetivo de ponerle palos en las ruedas a él y a sus compañeros de gobierno que, al contrario, se pasaban las 24 horas del día trabajando por y para la ciudad. Su filosofía de discurso se resume en esta frase, a raíz de una pregunta de los periodistas sobre supuestas irregularidades en el servicio de la ayuda a domicilio: «É atroz. O peso do que un se acosta coa conciencia tranquila e todo é difamar, bloquear... ¡Basta xa!».

Sin entrar en valoraciones que pueden bordear la demagogia -el discurso expresado ayer por Jesús Vázquez también está en ese límite- uno puede llegar a entender su hastío, pero no sé qué esperaba después del resultado de las urnas. Ourense es la única ciudad de Galicia que está gobernada por el Partido Popular. Tan obvio era que la Xunta -en manos del partido conservador- se iba a volcar en mimar a la ciudad con inversiones, visitas y espaldarazos a su único alcalde urbano, como era esperable que los demás partidos buscaran sacar rédito político de un gobierno en (muy) minoría. Jesús Vázquez se lamentó ayer de que era muy difícil dirigir una ciudad con diez concejales -imagínense cómo de crudo lo tenía el pasado mandato el PSOE cuando se cerró en un núcleo duro de seis ediles dejando arrinconado a los cinco díscolos- y en la que no había en plantilla a día de hoy ni un solo ingeniero disponible. Le compro el argumento, pero también tendrá que hacer el gobierno del PP un poco de autocrítica. En su discurso se echa de menos asumir la responsabilidad de que las cuentas municipales, por ejemplo, llegaran tarde y mal. O que los contenedores soterrados sigan precintados -no me vale la excusa de que la oposición no se pone de acuerdo en su propuesta, porque ni DO, ni PSOE ni marea tienen la responsabilidad de gobernar la ciudad- o que el plan de urbanismo siga a la espera de un pago para adaptarse a la nueva normativa. El debate político, como casi todo en la vida, tiene un discurso de ida y vuelta. Donde unos ven parálisis y falta de trabajo en el gobierno, otros ven piedras en su gestión. Ni blanco, ni negro. Uno, que lo observa todo desde fuera, tiene la sensación de que ni gobierno ni oposición están cumpliendo las expectativas. Está bien que se haya superado la judicialización y la bronca del anterior mandato y se haya recuperado la cacareada normalidad, pero dos años después es el momento de que todos den un paso más.