Lalo Azcona: «La comunicación es clave en la empresa»

Marta Vázquez Fernández
m. vázquez OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

El periodista y empresario clausuró la asamblea de San Cibrao

10 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Fue uno de los periodistas más conocidos de la transición y más tarde se convirtió en empresario. Ayer Ladislao Azcona fue el encargado de clausurar la asamblea de San Cibrao.

-¿Por qué es importante la comunicación en la empresa?

-La comunicación es un aspecto más de la gestión. Durante muchos años yo he viso de cerca como muchas compañías han ido mejorando su relación con los medios, y de qué manera han ido influyendo en sus públicos objetivos, para hacerse más grandes.

-¿Usted ha tenido éxito en el mundo de los negocios, cuál ha sido el secreto?

-No creo que haya un secreto. Cualquier empresario sabe que lo que hay que hacer es trabajar muy duro, estar muy comprometido con el proyecto, dedicarle mucho tiempo, dedicarle mucho dinero, todo tu esfuerzo personal, involucrar a muchas personas, es muy fácil, solo hay que hacer tres o cuatro mil cosas.

-Muchos sacrificios...

-Sí, lo fundamental creo que es tener una buena idea, trabajar mucho, rodearse de la gente adecuada, ganarse la confianza de los potenciales clientes, hacer crecer la compañía... Hay docenas de cosas que hacer para que una compañía salga adelante y tenga éxito, y la comunicación es clave. Creo que durante mucho tiempo la comunicación ha sido el patito feo de la gestión empresarial, sin embargo ahora se ha convertido en uno de los jugadores principales para crear prestigio y reputación, y también para conseguir ventas, penetración de la propia compañía, consolidación.

-Sigue habiendo recelo..

-Eso puede ocurrir, pero la realidad es que permite conseguir financiación para los proyectos, comparar modelos de negocio, hacer cosas que de otra forma sería imposibles.

-¿Cómo recuerda su etapa como presentador del telediario?

-En aquel momento había una estructura de los medios de comunicación muy distinta a la actual. Entonces solo había una televisión, y yo estaba dirigiendo telediarios cada día, y presentándolos en directo -cosa que entonces era más llamativa que ahora- cuando estaba cambiando la piel del país, pasando de una dictadura a una democracia, antes de las primeras elecciones. Viví aquello desde una posición privilegiada y lo recuerdo como un época fantástica.