Colillas y meadas

Miguel Ascón Belver
Miguel Ascón A LA CAÍDA

OURENSE CIUDAD

23 jun 2017 . Actualizado a las 04:00 h.

Anda el Concello de Ourense implicado en una campaña para concienciar a los fumadores de que no deben tirar las colillas en el suelo. Me parece muy bien. Aunque, ya puestos, podríamos prohibir fumar y listo: el problema estaría solucionado. Sería la mejor manera de imponer la moral que algunos consideran adecuada, aunque ello suponga coartar libertades. En todo caso, ahora, con la campaña citada, parece que el problema no es el daño a la salud propia, sino el hecho de que los fumadores ensucian las calles de todos. Y es verdad. Es un problema que hay que solucionar. Pero, si no se puede fumar en bares ni en ningún tipo de estancia cerrada de carácter público -y, cuidado, que llegará el día en que las comunidades de vecinos se lo prohíban a usted en su propia casa-, ¿dónde fuma la gente que libre y legalmente decide fumar? Pues, asumiendo que solo quedan las calles y que las colillas son su mayor fuente de suciedad (que lo dudo), habrá, como mínimo, que habilitar ceniceros en todas las papeleras. Puedo garantizar que los que hay son excepciones. O eso, o prohibimos fumar y renunciamos a esa inmensa fuente de ingresos para el Estado vía impuestos. Solo el Concello de Ourense recibe de forma directa unos 180.000 euros al año gracias a las ventas de tabaco en la ciudad. Es un problema complejo, como seguramente lo es el de recoger el pipí de los perritos tan monos que algunos pasean por las calles de la ciudad. Las caquitas las recogen (con suerte), pero no las meaditas. Nadie les dice nada y hay calles y esquinas que dan verdadero asquito; más que las colillitas.