El músico Daniel Soldevilla acaba de presentar su primer libro, una novela de relatos en la que repasa su propia carrera en el rock and roll con toques de ficción
10 mar 2023 . Actualizado a las 09:37 h.Daniel Soldevilla es un artista ourensano de 35 años al que le mueve el arte. «Especialmente el rock and roll, que es lo que más me gusta hacer», confiesa. Pero no es lo único que hace. Hijo de padre músico, Ángel Soldevilla, su contacto con las guitarras empezó cuando era todavía un niño. «A los 8 me enamoré de Elvis Presley», dice. Su madre, que era modista de Adolfo Domínguez, decidió diseñarle el clásico traje blanco del rey del rock. «Gané el concurso de disfraces de carnaval de Ourense de aquel año», recuerda Dani. Ahí comenzó un largo camino, lleno de esfuerzo, de ensayos, de entrega e implicación, para conseguir dedicarse al mundo de la canción. Lo recorrió siempre en compañía de su padre, que lo apoyó y le inculcó todo lo que sabía. A día de hoy Daniel no se define exclusivamente como músico porque también le gusta improvisar con la poesía, con la pintura y hasta con la literatura. «Me llamo a mí mismo artista y que sea lo que tenga ser», concreta. Acaba de presentar su primer libro, una colección de relatos titulada Cartas, canciones y disparos al sol, en los que repasa las dudas existenciales, el proceso de madurez y las vivencias amorosas de un joven músico que lucha por sobrevivir haciendo lo que más le gusta. «Tienen mucho de autobiográficos pero prefiero decir que son ficción, para que nadie se sienta ofendido con ellos», advierte. El libro estaba listo ya en el 2017 y lleva desde entonces esperando su momento para ver la luz. «De hecho he seguido escribiendo y ya digo que habrá continuación», aclara.
En lo que se refiere a su carrera musical, Daniel se ha producido dos discos hasta el momento, Lost letters (2016) y Out of time (2019). «Llevo componiendo desde los veinte años», afirma. Lo hace en inglés y siempre entre ritmos de rock and roll y soul. En sus letras influye siempre el amor. «Empezó siendo una cosa para mí, algo experimental. Cuando ya maduré y comprendí la profundidad de los sentimientos las relaciones eran una casa y ahora cada vez son más una causa de vivir», explica.
Daniel colabora con otros músicos pero su carrera profesional es en solitario. «Aposté por esto porque siempre hay menos problemas», admite. «Canto lo que quiero y tengo una libertad creativa absoluta», añade. Sus influencias van desde el propio Elvis a Nirvana, pasando por Oasis, Los Beatles o The Doors. Este viernes estará en concierto en el bar Brillar, en San Francisco.