Estos moteros de Ourense llevan diez años ayudando a los niños

OURENSE CIUDAD

El presidente de Solidaridad Motera, Juan Carlos Blanco (a la derecha) junto al vicepresidente Fernando Outeiriño y la secretaria de la entidad, Natalia Fernández
El presidente de Solidaridad Motera, Juan Carlos Blanco (a la derecha) junto al vicepresidente Fernando Outeiriño y la secretaria de la entidad, Natalia Fernández Santi M. Amil

El club ourensano Solidaridad Motera trabaja para alegrar la vida a pequeños con problemas

24 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Todo comenzó en 1995 en Estados Unidos, donde un grupo de aficionados a la moto crearon BACA. son las siglas de Bikers Against Child Abuse (Moteros contra el abuso infantil). El colectivo se dedicaba a acompañar a niños que sufrían acoso o situaciones de abuso, utilizando su presencia para darles apoyo, generando en ellos un sentimiento de empoderamiento y confianza al mismo tiempo que disuadían a los agresores. Al ourensano Juan Carlos Blanco, también aficionado a las motos, aquello le llamó la atención y lo comentó con varios conocidos, como Fernando Outeiriño. Comenzaron a investigar las posibilidades de poner en marcha algo similar, pero pronto se dieron cuenta de que la legislación española, mucho más proteccionista especialmente en lo relacionado con menores, no les iba a permitir hacer exactamente lo mismo. «Aquí no se puede ir acompañando hasta el colegio o a un juicio a un menor, o ponerse a hacer guardia sin más delante de su casa», matiza. Pero el corazón les decía que merecía la pena trabajar por la infancia. Lo hicieron durante los primeros años a través de colectivos de ámbito nacional con los que colaboraron. Finalmente decidieron dar el paso y crearon su propia organización. La bautizaron como Solidaridad Motera. «Había muchas cosas que queríamos hacer aquí pero siempre dependías de lo que decidieran desde la central y a veces te ponían pegas, así que nos lanzamos porque queríamos ayudar más a mejorar la vida de los más pequeños», relata Juan Carlos, que preside el colectivo que este sábado celebrará su primera década de existencia con una comida en la que se reunirán la veintena de miembros del club y algunos colaboradores.

En estos años han puesto en marcha multitud de campañas en las que han recogido juguetes usados, tapones para conseguir recursos para tratamientos terapéuticos, ropa o productos de alimentación. También han dado durante esta década muchísimas sorpresas a pequeños ourensanos con dificultades económicas, diversidad funcional o problemas de salud. Algunas veces han sido visitas para alegrar con su presencia a pequeños aficionados al mundo de las motos o darles un paseo en sus vehículos; en otras ocasiones han cumplido deseos largamente esperados, como cuando consiguieron un cachorro para un niño con discapacidad. Y sí, también visitaron en una ocasión a un pequeño víctima de acoso escolar. Cuentan que siempre reciben el mejor pago posible. «La felicidad de un niño cuando te sonríe con los ojos brillando por la ilusión es algo se te mete dentro del corazón. No se puede pedir más», resume Fernando Outeiriño, el vicepresidente de la entidad. Por eso, aseguran, tienen la misma ilusión que cuando empezaron y van a seguir trabajando, al menos, otra década más. Confían en seguir contando con el apoyo de los ourensanos. «Tenemos que agradecer la buena respuesta que tenemos cuando ponemos en marcha las campañas, tanto de personas o empresas que colaboran con donaciones como de los que nos ayudan en tareas como, por ejemplo, cuando llega la campaña de juguetes y hay que reparar, limpiar o empaquetar», dice Juan Carlos, que recuerda que toda ayuda es siempre bienvenida.