«En verano para nosotros siempre es de día porque pasamos la noche en la fábrica»

Cándida Andaluz Corujo
cándida andaluz OURENSE / LA VOZ

SAN CIBRAO DAS VIÑAS

Santi M. Amil

Los empleados de Coasa trabajan cada tres semanas en el turno nocturno

11 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

A las diez y media de la noche el trasiego de tráfico en el polígono industrial de San Cibrao das Viñas es continuo. Coches que salen en dirección a la ciudad y otros que se desplazan hasta la empresas allí instaladas. Empieza el turno de noche. También para un grupo de trabajadores de la empresa Construcciones Aeronáuticas (Coasa), situada en la Tecnópole, líder del sector en Galicia. Fabrica piezas para aviones de todo el mundo. En sus naves trabajan alrededor de cuatrocientas personas que se dedican a diferentes áreas dentro de la fabricación de elementos como alas, alerones o puertas. Trabajan a tres turnos y se van rotando. Así que cada tres semanas, los empleados deben adaptarse a realizar su trabajo de noche.

En la planta hay dos zonas de gestión. En la primera se fabrica la materia prima, las piezas. En la segunda, se les da valor añadido. Se montan, se pintan, se sellan y salen directas para el cliente.

Faltan pocos minutos para las once de la noche y empiezan a llegar los trabajadores del turno. Entre ellos, Rubén Señor Pérez, Javier Fernando García Suárez y Uxío Castro Lamelas.

Rubén Señor empezó a trabajar hace cinco años en la empresa. Se dedica al montaje de las piezas. Aunque dice estar acostumbrado, afirma que el trabajo nocturno cambia, aunque no se quiera, la forma de vida. «O que peor levo é ter que levar ós nenos ao colexio cando chego pola mañá», afirma. Aunque sale de trabajar a las siete no se acuesta hasta dos horas más tarde. Y duerme un rato por la mañana y otro por la tarde. Quizás esa sea la causa, afirma entre risas, de que la familia le diga que durante esos días le cambia el carácter.

Otra forma de conciliar

«Non dormes todo o tempo. Tes que facer vida cos nenos e acompañalos e tes que descansar. Porque hai que estar moi concentrado durante as oito horas do traballo», explica. El hábito se va cogiendo con el tiempo, aunque cueste mantener el ritmo. Javier Fernando García Suárez es inspector de montajes. Controla los procesos que realizan los montadores y verifica que todo está conforme a lo que pide el plan y a lo que necesita el cliente. Al igual que Rubén tiene hijos pequeños. «Con los años que llevamos te vas acostumbrando pero cuando tienes niños te cuesta un poco dormir por la mañana», afirma. Los lleva al colegio sobre las diez de la mañana y después le cuesta dormir. En cuanto al trabajo en la empresa durante la noche, asegura que nota diferencia con el resto de los turnos. «Lo que hacemos en la fábrica es lo mismo, pero hay menos gente. No suenan los teléfonos ni hay movimiento en el almacén», explica.

Hay una curiosidad en la que coinciden: «En verano para nosotros siempre es de día porque pasamos la noche en la fábrica». Cuando entran -en donde la luz es artificial- todavía no ha oscurecido y cuando salen es de día. «Esa sensación es bastante curiosa. Para nosotros siempre es de día», dice.

Más tranquilidad

Uxío Castro Lamelas es jefe de equipo. Coordina los turnos, da soporte a todos los departamentos, vela para que se cumplan las normas internas de la empresa, que se fichen correctamente las órdenes de fabricación y se sigan todos los procesos. Afirma que aunque el turno de noche afecta a los biorritmos, por su situación personal lo prefiere a una jornada partida. «Unha vez que levas uns días, o corpo vaise adaptando. Pero o arranque da semana é complicada», relata. Tiene también hijos pequeños y asegura que de esta manera concilia mejor su vida laboral con la familiar. Mientras habla, hace parones para resolver dudas de los trabajadores y se desplaza por toda la nave. «A min, en particular, resúltame máis fácil traballar de noite porque non teño distorsións externas. Cíñome a unha planificación e unha vez que se cumpre, o traballo está feito. Durante o día hai que dar soporte a outros departamentos. O ritmo é o mesmo pero o ambiente é máis sosegado. Non hai trasego de abrir ou pechar portas, no almacén coas mercadorías, o telefono non soa....», relata.

Resulta chocante para el cuerpo, dice al igual que Javier, que haya temporadas en las que nunca ve que es de noche. Esta semana les toca descansar. Otros se encargan de trasnochar.

ourense no duerme

en el polígono