«Galicia es el paraíso de la zanfona»

VILAR DE SANTOS

. cedida

El zanfonista interpretará mañana en Vilar de Santos temas de la Primera Guerra Mundial

13 ene 2017 . Actualizado a las 10:32 h.

Uno de los mejores zanfonistas españoles, Germán Díaz López, actuará mañana en A Arca da Noe, en Vilar de Santos.  Este vallisoletano, radicado en Cospeito (Lugo), colaboró y aprendió los secretos de este instrumento de maestros franceses. Ha editado nueve discos. La introducción de sonidos novedosos, el maridaje con ritmos como el jazz y otras incursiones en la investigación sonora han provocado que este bello aparejo musical, creado hace un milenio, esté viviendo una edad de oro en Galicia. Su último proyecto, La brigada Díaz y Bravo, se centra en recuperar canciones americanas de la Primera Guerra Mundial a través de un insospechado maridaje de zanfona y guitarra.

-¿Cómo fueron sus inicios con la zanfona? ¿Por qué eligió este instrumento?

-Mi tío era zanfonista y en mi casa desde pequeño se escuchaba e interpretaba música. Empecé con la guitarra y luego, un día, escuché a Amancio Prada. Eso me llevó a comprarme una zanfona con el dinero del premio de un concurso que gané. Es un instrumento muy cautivador para un niño por su forma y su sonido. Uno nuevo puede costar ahora en torno a 3.000 euros.

-¿Es complicado tocarlo?

-No especialmente. Lo que resulta mucha más complejo es afinarlo.

-Va muy unida a la música medieval. Usted la ha mezclado con el jazz. ¿Este instrumento permite ese tipo de mestizaje?

-La zanfona tiene mil años de antigüedad. Está asociada tradicionalmente a canciones antiguas medievales. No hay que olvidar que es un instrumento vinculado al Camino de Santiago, preside el pantocrátor en la catedral. No obstante, el repertorio de temas que se pueden interpretar es vastísimo y diferente. Admite perfectamente la improvisación y el maridaje con otras sintonías y otros sonidos.

-¿Qué momento vive la zanfona en Galicia?

-Ahora mismo Galicia es el paraíso de la zanfona. Hay otros países del mundo, como Francia, en el que hay zanfonistas, pero no tantos como en esta tierra.

-Usted ha tocado en muchos países del mundo. ¿Es más apreciada la zanfona allí?

-Yo diría que no. He interpretado en países como Rusia, China, Iberoamérica, Alemania, Austria o Francia. Lo que sí existe en otras naciones es el concepto normalizado. Los habitantes saben y son conscientes de que hay que pagar para escuchar los conciertos; se respeta y valora al artista.

 -¿Cómo definiría el proyecto musical con su compañero de concierto, Antonio Bravo?

-Damos continuidad a una colaboración que iniciamos hace ya muchos años. Comenzamos con un cancionero sobre la Guerra Civil española hace una década.

-¿Por qué eligieron un repertorio tan insólito como canciones de la Primera Guerra Mundial?

-En una universidad californiana nos encontramos con un valiosísimo archivo de cilindros de cera, era el primer soporte de grabación sonora. Allí lo digitalizaron y hay un amplio catálogo de canciones americanas. Elegimos las de la Primera Guerra Mundial porque hay una gran cantidad de sintonías. No son solo temas emotivos que hablan sobre el conflicto en sí. Durante las épocas de guerras, entre las batallas, hay muchos tiempos muertos. También hay piezas sobre el amor o historias de la vida cotidiana. La inmensa mayoría de lo que interpretamos son temas instrumentales, aunque hay una pieza en la que cantamos.

-Usted está acostumbrado a actuar en teatros de todo el mundo. ¿Cómo valoran interpretar en un pequeño local del rural limiano?

-Lo hacemos encantados. La labor de promoción y dinamización musical en el rural que realiza A Arca da Noe es fantástica. El contacto con el público no depende de grandes o pequeños escenarios o de aforos enormes o más reducidos. En A Limia iniciaremos la gira de 2017 que continuará en otras ciudades gallegas durante las próximas semanas.