Un septuagenario, juzgado por agresión sexual a una vecina durante 27 años

La Voz OURENSE / LA VOZ

VILARDEVÓS

El imputado asegura que solo conoce a la víctima, discapacitada mental, de cruzarse con ella en la aldea y saludarla sin más

24 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Niega F. B. S. las agresiones sexuales continuadas que le atribuye una vecina de su misma aldea, en el municipio de Vilardevós. Admite que la conoce, pues ambos residen en una pequeña localidad, pero sostiene que nunca tuvo con ella más trato que el del mero saludo, poco más que los rutinarios «hola e adiós». La víctima, a pesar de sus limitaciones, su discapacidad y el retraso mental moderado que padece, corroboró las agresiones. Se producían, según sus explicaciones, aprovechando que su madre -que falleció con más de cien años- se encontraba en el monte cuidando ganado, o en casa, ya en sus últimos años, mientras ella dormía o descansaba.

La situación se prolongó durante veintisiete años, de acuerdo con la posición que mantiene la fiscalía y la perjudicada, que ejerce la acusación particular. Y aunque gran parte de los episodios de agresión sexual se consumaron en la vivienda de la víctima, de acuerdo con la tesis inculpatoria, en otras ocasiones el acusaba citaba a la mujer, actualmente con sesenta años, en algún camino, monte o lugar próximo.

Al margen del abuso y la presión psicológica, aprovechándose de la vulnerabilidad de la víctima, el acusado también la golpeaba en ocasiones para acabar con su resistencia. Las relaciones sexuales no consentidas incluían todo tipo de actos, incluida la penetración vaginal.

La sucesión de hechos que se atribuyen al acusado se cortó a raíz de que la víctima hiciera distintos comentarios a las dos mujeres que la ayudaban en casa en las labores doméstica como parte de un programa público de ayuda a domicilio. La fiscalía sitúa en una fecha indeterminada de diciembre del 2014 el momento en el que la mujer fue obligada a masturbar al procesado, que fue sorprendido saliendo del domicilio abrochándose los pantalones.

Se enfrenta F. B. S. a peticiones de cárcel de catorce años y seis meses de prisión, con veinte años de alejamiento.

A raíz de que se incoaran las diligencias en el Juzgado de Verín número 2, una orden de alejamiento de mayo del 2015 impedía al acusado acercarse a menos de cincuenta metros de la víctima. Como quiera que residían cerca, el imputado se vio obligado a cambiar de domicilio en la misma aldea. Al trasladarse la perjudicada a Verín, para vivir con un familiar, la orden de alejamiento inicial fue modificada con el fin de incluir la villa y matizar la situación en el pueblo solo si ella se encontraba en el lugar.