Se podría llegar hasta los 50 millones de kilos, más que el doble que el año pasado
09 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Con excelentes perspectivas tras un 2016 de elevadas pérdidas por las lluvias y la merma en la producción. Así afrontan los agricultores de A Limia el inicio de siembra del cereal tremesino y de patata. Los augurios más positivos se centran en el cereal de invierno, sembrado en noviembre y cuya planta crece óptimamente en la llanura antelana. De momento, todo va sobre ruedas, las 10.000 hectáreas de trigo y centeno de ciclo largo presentan a día de hoy un aspecto envidiable. El responsable del Centro Agrogandeiro del Inorde en Xinzo, Servando Álvarez, resumió el buen ánimo de los labradores: «El trigo está creciendo muy bien, sin problemas de plagas. Si el tiempo no se tuerce en los próximos meses, en junio y julio puede recogerse una cosecha récord de cereal de ciclo largo en la comarca». Es muy pronto para evaluar posibles rendimientos por hectárea, pero los más entusiastas hablan de hasta 5.000 kilos, lo nunca visto. Álvarez matiza: «Es muy prematuro hablar de cifras, pero las condiciones ahora son inmejorables». Se podría llegar en cereal de invierno hasta 50 millones de kilos, más del doble que en la campaña del pasado año. La creciente trascendencia de este cultivo es lo que ha hecho que la comarca limiana sea considerada el granero de Galicia. Entre el 60 % y el 70 % del cereal gallego se recoge en tierras antelanas. «Aquí se siembra cada vez más cereal de invierno y menos el de ciclo corto. Ahora mismo el porcentaje está en torno a un 70% de uno y un 30 % otro, algo que no sucedía antaño. El de ciclo largo da mejor rendimiento», remarca. Al optimismo también se apunta la presidenta de Adegal, la asociación de empresarios ganaderos y agrícolas de A Limia. Maite Joga expone: «La situación climatológica es perfecta para las labores de siembra». Las lluvias y la nieve de hace dos semanas y el sol de los últimos días han dejado las parcelas en un perfecto estado para iniciar la siembra. Es un panorama distinto al de hace un año, cuando las parcelas estaban anegadas de agua. Eso provocó una merma de un 20 % en la producción de patatas y de hasta un 70 % en la de cereal de invierno. Las pérdidas fueron de varios millones de euros.
Temor a sanciones por la simiente de patatas que no está certificada
Inquietud no disimulada. Esa es la sensación que viven muchos agricultores tras comprobar el aumento de controles por parte de inspectores de la Xunta sobre la patata de siembra. La apertura de dos expedientes sancionadores a patateros de Xinzo puede ser el primer eslabón de una cadena de multas.
Esa alarma fue reconocida por Maite Joga, responsable de Adegal. «Es verdad que hay preocupación. Muchos agricultores usan siembra certificada, pero otros no. Esperemos que no empiecen a proliferar las sanciones, ya que hasta ahora solo se han abierto dos expedientes».
Normativa
La actual normativa es clara y anterior a la reciente aparición de la polilla guatemalteca en Ferrolterra y A Mariña y a las medidas extraordinarias derivadas de la plaga. La ley obliga a que la patata de siembra esté etiquetada en los almacenes de los agricultores antes de ir a las fincas y autoriza controles in situ por parte de la administración. Cada saco debe llevar un rótulo o etiqueta oficial en el que figure su origen. La picaresca, con todo, no falta. Una siembra no certificada ronda los 35 o 40 céntimos el kilo. La certificada española se tasa a 1,30 euros y la mejor, la holandesa, a 1,80.
La asociación de productores de patata de siembra de España se creó en Burgos en 2013. Representa a más de 200 agricultores. Anualmente sus socios producen más de 35 millones de kilos de simiente certificada para toda España.