La ampliación de la red urbana prevé la apertura de ocho nuevos viales

Elena Larriba García
Elena Larriba PONTEVEDRA

PONTEVEDRA

RAMÓN LEIRO

La ronda Este se considera una pieza básica para desviar los vehículos en tránsito La reforma de las vías existentes incluye el túnel de As Corbaceiras

12 may 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

Con las nuevas zonas urbanas residenciales se establecerán nuevos viales de comunicación para el acceso a las viviendas y para mejorar la distribución del tráfico. El estudio encargado por el Concello a la empresa Inoga, que la oposición desacreditó por considerarlo un dictado del concejal César Mosquera y por el momento electoral en el que se presenta, recoge hasta ocho nuevos viales a contemplar en el futuro PXOM y derivados de los desarrollos urbanísticos en marcha. Se trata de la prolongación de la avenida de Juan Carlos I hacia O Marco ( suelo urbanizable B-5 de A Parda); la conexión de Juan Carlos I con la calle Gaiteiro Ricardo Portela y la avenida de Eduardo Pondal, que incluye un nuevo puente sobre la vía del tren entre la avenida 12 de Noviembre y los Juzgados de A Parda (polígono de A Eiriña, unidad 18)); un nuevo vial de conexión de la avenida de Lugo, en la parroquia de Mourente, con la calle José Malvar (polígono de Valdecorvos), así como un vial de conexión del Camino Viejo de Castilla y la nueva variante ronda de Pontevedra a la altura de Monte Porreiro (urbanización de Tafisa). Recoge también el nuevo puente sobre el Lérez en la zona de As Correntes; el enlace entre la nueva urbanización de Campolongo y el nudo de salida de la autopista AP-9 en Pontevedra Sur por Salcedo (desarrollo de la finca de la ONCE), y el desdoblamiento de la avenida de Vigo desde el nudo de o Pino hasta la Estación de Autobuses. A mayores se plantea otro acceso a la calle Otero Pedrayo desde la salida sur de Pontevedra de la AP-9, para conseguir así una salida más directa del tráfico sin tener que pasar por el funil que supone atravesar la línea del ferrocarril. Creación de la ronda Pero la pieza básica del nuevo viario será la ronda Este. Motivo de polémica en las distintas Administraciones, este vial partiría de la carretera de Ourense ( N-541), a la altura de la rotonda de conexión con el actual acceso a Montecelo, para dirigirse hacia Marcón hasta el nuevo enlace localizado en la avenida do Marco y Rúa das Pereira. El trazado continuaría hacia el sur con salida de los vehículos a la carretera de Vigo más allá del nudo de O Pino. Esta ronda se considera básica debido a que por ella se desviaría la mayor parte del tráfico que afecta a la ciudad, especialmente el tráfico de tránsito que incide en el flujo interno urbano. El estudio de Inoga, también plantea la reforma de los viales existentes, caso de la avenida de Orillamar, con la previsión de hacer un túnel en la zona portuaria de As Corrientes. Este paso subterráneo iría desde el cruce de la avenida de Marín con Manuel del Palacio, discurriría por debajo de la desembocadura del río de O Gafos y tendría la otra boca de salida en la avenida de As Corbaceiras, a la altura de la rúa Monteleón. El túnel conllevaría habilitar en la zona de la plaza del Gremio de Os Mareantes un gran espacio de 20.000 metros cuadrados, aproximadamente, exento de coches. También se prevé un cambio en la avenida de Rafael Areses, así como la reducción del tráfico en el Puente de O Burgo. El sistema viario urbano actual de Pontevedra se conforma en torno a un esquema en estrella o radial. Los aforos de tráfico que soporta se estiman en cerca de 200.000 vehículos diarios y los mayores flujos vienen del corredor Norte-Oeste-Sur. El estudio de Inoga incide en la necesidad de ejecutar una serie de viales que establezcan una nueva red capaz de distribuir el tráfico hacia el exterior con unos ejes radiales unidos y anillos de interconexión para evitar que el tráfico de paso atraviese la ciudad.