Japón distribuirá en 73 supermercados mejillones de Bueu y vino de Crecente

Laura Míguez Rúa
L. Míguez REDACCIÓN

PONTEVEDRA

M. MORALEJO

Cinco empresarios visitaron las bodegas Vilarviño y la conservera Antonio Alonso La firma, centrada en bebidas y delicatessen, trabaja ya con 35 marcas españolas

30 jun 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

?El matrimonio perfecto, albariño de Crecente y mejillones en escabeche de Bueu», así de claros fueron los japoneses que visitaron Galicia con la intención de estrechar lazos comerciales y llevarse un pedacito de estos sabores a su país. Cuatro empresarios de la firma Liquor Mountain y un responsable de relaciones comerciales entre España y Japón hicieron ruta gastronómica esta semana para saborear los próximos productos españoles que se podrán disfrutar en sus 73 establecimientos. Repartidos por la isla, los puntos comerciales están especializados en bebida y delicatesen y se equiparan, cuando se les pregunta «con El Corte Inglés de allá» según declara Nobu Yamane, uno de los responsables de esta firma, en funcionamiento desde 1897. Productos españoles Las delicias españolas no son desconocidas en estas tiendas, ya que disponen de un total de 35 firmas españolas entres las que se encuentra aceite de oliva, jamón ibérico y diferentes vinos. Con una facturación que ronda los 200 millones de euros anuales, Liquor Mountain pretende ahora ampliar su oferta de gastronomía ofreciendo por primera vez productos gallegos en sus estanterías. Los encargados de iniciar este acercamiento serán los vinos de las bodegas Vilarvín, situada en Crecente, y los mejillones en escabeche de la planta de Bueu de la conservera Antonio Alonso. Ambos productos, que para los nipones «casan estupendamente» según improvisan en su español esforzado, se exportarán anualmente a Japón en unas cantidades todavía por determinar. En la visita que realizaron a tierras gallegas, los cuatro empresarios de Liquor Mountain y el responsable de Spain-Japan Market, Masaru Notsuke, continuaron su periplo con una parada en Santiago de Compostela, con la intención de «por lo menos besar al santo, si no se pueden dar los golpes», afirmó Notsuke.