Condenado por empotrar su furgoneta en una papelera para después robarla

c. b. pontevedra / la voz

PONTEVEDRA

Otra persona fue multada con 180 euros por intentar llevarse de madrugada un espejo de una calle

29 jul 2014 . Actualizado a las 14:54 h.

¿Qué estaría dispuesto a hacer para robar una papelera de la vía pública? La pregunta, que puede extrañar, viene al hilo de una sentencia que ayer dio a conocer el Concello de Pontevedra. Un vecino fue condenado por un juzgado a cinco días de localización permanente como autor de una falta de hurto. Los hechos ocurrieron hace poco más de un año, el 3 de julio del 2013.

Según el relato que hizo el portavoz del equipo de gobierno, Raimundo González (BNG), el protagonista empotró conscientemente la furgoneta que conducía en una papelera de la calle Cobián Roffignac de la ciudad «para facerse con ela». Esta persona fue localizada un día después del suceso en un control que realizaban agentes de la Policía Nacional, que hallaron en el interior de la furgoneta la misma papelera. Tras el correspondiente juicio, el autor de estos hechos fue condenado por una falta de hurto.

Esta no fue la única sentencia que el portavoz municipal dio a conocer ayer tras la reunión de la junta de gobierno local. El otro fallo judicial es mucho más reciente. Se refiere a unos hechos que tuvieron lugar en la madrugada del pasado 7 de julio. Ese lunes, a las 4.50 horas, una persona fue sorprendida cuando intentaba robar otro objeto bastante insólito: un espejo convexo de visión del tráfico. El espejo estaba colocado en el cruce de la travesía Galera con la calle Arzobispo Malvar para, precisamente, facilitar la visión de los conductores en esta intersección de la ciudad.

El autor del robo tuvo la mala suerte de encontrarse con una patrulla de la Policía Local, que lo pilló in fraganti y procedió a su identificación y a tramitar las diligencias. Esta persona también tuvo que afrontar un juicio y fue condenada por una falta de hurto en grado de tentativa, ya que no llegó a robar el espejo. En su caso, la condena recibida fue económica, una multa de un mes a razón de 6 euros por día, o lo que es mismo, la broma le salió por 180 euros.