Escapa sin pagar una copa, agrede a un policía e intenta cogerle el arma

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Además, fue identificado en relación con el robo de un móvil a un taxista

27 ago 2014 . Actualizado a las 09:59 h.

Poco se imaginaban los agentes que, poco antes de las dos de la madrugada de ayer, le dieron el alto en los accesos al poblado de O Vao con tres papelinas de cocaína que apenas unas horas después el mismo individuo que tenían delante iba a agredirle a uno de ellos al que, incluso, intentaría arrebatarle la pistola reglamentaria. Lo cierto es que esta primera intervención en el asentamiento marginal se saldó con la intervención de la droga y, presumiblemente, una denuncia por la vía administrativa.

La siguiente vez que volvieron a saber del joven redondelano pasaban de las cinco de la mañana. Alberto D. L., de 30 años, se había acercado hasta un karaoke de la calle Echegaray y pidió una copa que, aparentemente, no tenía intención de abonar. De hecho, cuando una empleada le comunicó que iban a cerrar y que ya iba siendo hora de que sacase la cartera, el sospechoso respondió que solo llevaba encima una moneda de cincuenta céntimos por lo que iba a acercarse hasta un cajero para sacar algo de dinero.

Nada más lejos de la realidad. La camarera, curtida en mil y una historias de malos pagadores, optó por salir detrás de su cliente. Esto le permitió observar como se introducía en un taxi a cuyo volante la fortuna hizo que se encontrase su cuñado. La pontevedresa optó por avisar al conductor de que la persona a la que acababa de recoger no es que no tuviera un duro, es que ni siquiera había abonado la consumición en su bar.

Sorprendido, el joven, supuestamente, se hizo con el móvil del autopatrono y se apeó del vehículo a gran velocidad. No obstante, el taxista tuvo tiempo de echarle el guante agarrándolo de la ropa, pero fue algo momentáneo. El redondelano, tras un leve forcejeo, se zafó y emprendió la huida en dirección al puente de A Barca.

Mientras la empleada del bar avisaba a la Comisaría, el taxi emprendía la marcha siguiendo al ladrón. Este finalmente fue localizado atravesando el puente de As Correntes por los componentes de una patrulla, los mismos agentes que le habían dado el alto cuando abandonaba O Vao.

En las proximidades de la rotonda de Domingo Fontán, uno de los policías procedió a cachear a Alberto, lo que le permitió localizar «en el interior de los calzoncillos del mismo un objeto duro al tacto»... El móvil.

Fue en ese momento cuando el arrestado se revolvió, propinó dos puñetazos que impactaron en el rostro del agente y, de nuevo, salió a la carrera. Apenas recorrió unos metros antes de ser alcanzado por el policía. Los dos fueron al suelo, donde, el sospechoso supuestamente siguió golpeando al funcionario, cuya pistola se salió de la funda reglamentaria y acabó en el suelo.

En el transcurso de este forcejeo, el arrestado intentó hacerse con el arma sin llegar a conseguirlo gracias a la intervención del segundo componente de la patrulla. Entre ambos policías nacionales redujeron y detuvieron al joven, que, a todo esto, carecía hasta el momento de antecedentes policiales.