Nueve meses de cárcel para el falso representante de Mario Casas y Pablo Alborán

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

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Un acuerdo entre las acusaciones y la defensa evitó que ambos artistas declarasen como testigos

22 oct 2014 . Actualizado a las 01:51 h.

Antes de que surgiera la figura de Nicolás, el falso amigo del Rey, en Pontevedra ya había surgido quien, aparentemente, intentó hallar en esto de echarle morro a la vida una forma de ganarse unos cuartos. Bien es cierto que Javier Vázquez Ansorena no trató de picotear en la política, ni en las altas finanzas, y se contentó con aparentar mantener amistad con una serie de artistas para, merced a esta puesta en escena, estafar a una conocida discoteca de la ciudad del Lérez con unos bolos que no se iban a producir.

Ayer, quien dijo en su día que representaba los intereses del cantante Pablo Alborán y del actor Mario Casas aceptó nueve meses de prisión como autor de un delito de estafa. Asimismo, se comprometió a reintegrar a la empresa que gestiona la discoteca un total de diez mil euros, cantidad en la que se contemplan los daños morales ocasionados tras anunciarse la presencia de ambos artistas para luego tener que anularlo todo.

La sentencia, que es firme, pone freno a quien, en su día, no dudó en llamar a algunos medios de comunicación, como La Voz, advirtiendo de la interposición de acciones legales si seguían informando sobre la investigación que, a la postre, le sentó en el banquillo de los acusados. Eran llamadas en las que no solo presumía de mantener una estrecha amistad con el cantante malagueño y con el intérprete coruñés, sino que, además, sostenía que la verdad saldría en el juicio. Y así ha sido.

Con el acuerdo al que llegó con la Fiscalía de Pontevedra, Vázquez Ansorena reconoció que simuló tener la representación artística de ambos artistas para firmar sendos contratos con la dirección de la discoteca, cuyos representantes evitaron este martes realizar cualquier tipo de valoración al respecto.

De este modo, comprometió la presencia de Pablo Alborán para los días 18 y 19 de mayo del 2012, mientras que, en el caso de Mario Casas, acordó que acudiría a la sala de fiestas el 7 de abril. Fue la hermana de este último la que, a través de las redes sociales, comenzó a destapar el engaño asegurando que el intérprete de Las brujas de Zugarramurdi, Grupo 7 o Dinero fácil -¿una premonición?- no tenía previsto acudir a Pontevedra por esas fechas.

En cuanto a Alborán, la casualidad hizo que las dos noches apalabradas por Vázquez Ansorena tenía anunciados sendos conciertos en la ciudad del Lérez y A Coruña, con lo que difícilmente podía interpretar sus temas en la sala de fiestas.

Descubierto el timo, fue el momento de echar cuentas. El escrito de acusación del fiscal revela que por el, inexistente, bolo de Mario Casas, el pontevedrés se embolsó cinco mil euros, mientras que las dos actuaciones, también falsas, de Pablo Alborán le reportaron 1.800 euros. También le fueron pagados otros setecientos euros para que confeccionase los carteles relativos a estos eventos, mientras que la discoteca perdió más de quinientos euros elaborando las entradas o realizando anuncios en radio.

Generó una confianza previa

Lo que tuvo claro el fiscal es que, a la hora de realizar todas estas maniobras, Javier Vázquez «carecía de la representación de Pablo Alborán y de Mario Casas, motivo por el que sabía perfectamente que no podía cumplir los contratos que firmaba». Y a la pregunta de cómo la dirección de la sala de fiestas se fio del pontevedrés, el ministerio público responde aludiendo al hecho de que, con anterioridad, el encausado había suscrito otros contratos con la discoteca generando, de este modo, una «confianza en esta sociedad de que cumplía los compromisos contraídos».

El acuerdo con el fiscal, que inicialmente solicitaba tres años de cárcel, evitó que ambos artistas tuviesen que testificar mediante videoconferencia, algo que causó un cierto pesar entre algunos curiosos que se preguntaban por la expectación mediática generada por la vista oral.