El cerdo «Mariano» se queda sin su particular concurso de «selfies»

carmen garcía de burgos PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Ibaibarriaga y Liste, ayer, delante del cartel que pretendía servir de «photocall» para el concurso.
Ibaibarriaga y Liste, ayer, delante del cartel que pretendía servir de «photocall» para el concurso. r. leiro< / span>

Ponen trabas a un concurso hostelero por vulnerar los derechos de un porco

28 oct 2014 . Actualizado a las 16:40 h.

Álvaro Ibaibarriaga y Pablo Liste son rivales, pero amigos. Muy amigos. Tanto, que un día, de copas a unas horas todavía algo prudentes de la noche, decidieron organizar una iniciativa que beneficiara a sus dos locales de tapeo y comidas: el Pintxoviño y el Badiana, respectivamente.

En pleno apogeo imaginativo, optaron por formalizar un concurso cuyo premio sería un cerdo, de nombre Mariano. Eligieron un ejemplar hermoso, aunque todavía pequeño, de entre 6 y 7 kilos de peso, y pusieron título al evento: Pontecerdo. Quien se quisiera llevar el puerco tendría que superar una prueba, si no difícil, original: era un certamen para elegir el mejor selfie con el propio Mariano.

Mariano pasaría las próximas dos semanas y media posando con sus fans a las puertas de sendos establecimientos, en la plaza de la Leña y la Verdura, alternativamente. Cada día, con uno de sus dos dueños provisionales. Se reunieron con la concejala de Seguridade Cidadá e Festas, Carme da Silva, quien les dijo que por parte del Concello no había ningún problema. Entusiasmados con la idea, los dos empresarios encargaron la cartelería, un photocall, compraron el animal a una granja de Forcarei y comenzaron a publicitarlo entre los más allegados. Lo tenían todo listo para ir a recoger el trofeo viviente ayer mismo.

Denuncias al minuto

Ni se imaginaban que en el último trámite se truncaría su pequeño proyecto empresarial. Mientras Pablo se dirigía hacia la granja, Álvaro fue a la Xunta a tramitar los últimos permisos. Fue allí donde se enteró de que bajo ningún concepto podrían tener el cerdo ni dentro, ni fuera, ni siquiera cerca de ninguno de los dos locales de comidas. Los funcionarios que le atendieron, simpatizando con la causa, le explicaron que, además de vulnerar brutalmente la ley, aunque pudieran llevar hasta allí el cerdo las denuncias comenzarían a llover en cuestión de minutos. «Hay gente que nos llama porque los dueños no llevan atados a sus perros cuando pasean por el parque», asegura Álvaro que le explicaron a modo de ejemplo. Las protectoras de animales se les echarían encima, y el concurso no llegaría ni a la primera foto.

De modo que, ante la falta de hogar en la que darle cabida, Mariano tendrá que continuar unos días más en la granja. Hasta su sorteo, el próximo día 10. Y ellos, a darle unas vueltas a la idea para lograr ajustarla a la legalidad.

Se pusieron manos a la obra ayer mismo, tan pronto asumieron el revés que les deparaban unas cuantas normativas de todo tipo. La opción que, por el momento, parece haber cogido más fuerza es sumar otra taza de caldo a la que ya ofrecían: darle un hermanito a Mariano. El concurso se ampliaría así, a dos puercos. Al cierre de esta edición todavía se encontraban barajando varias alternativas para bautizarlo: Pedro, Mato y Rato iban tomando la delantera. «Por Mariano, mato», bromeaban mientras improvisaban diferentes nombres propios.

Para conseguir a Mariano, los participantes tendrán que hacerse un selfie con un cerdo indeterminado, el que prefieran. Para llevarse el segundo —que también podrán degustar en alguno de los locales, donde se ofrecen a cocinarlo para los ganadores— solo hay que votar una de las dos tapas que tanto el PintxoViño como el Badiana van a elaborar a base de puerco para la ocasión.