Los ríos pasan la prueba ambiental

Marcos Gago Otero
marcos gago PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

RAMON LEIRO

Augas de Galicia constata que el 86 % de los cauces fluviales relacionados con Pontevedra y su entorno se encuentran en buenas condiciones de conservación

25 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Como si de una placa de rayos equis se tratase, el nuevo Plan Hidrolóxico de Galicia Costa realiza un examen a fondo a todos los ríos de Pontevedra y su entorno. El documento, a exposición pública, constata el buen estado del 86 % de los cauces fluviales en la comarca frente a la media gallega del 77 %. Ríos como el Lérez pasan la prueba con buena nota, mientras que en las aguas interiores de la ría, que también se examinaron en este documento, se perciben cambios para mejor.

Los embalses no alcanzan el nivel óptimo, A Baxe, en Caldas, y Pontillón de Castro, en Pontevedra, aún tienen que mejorar en algunas cuestiones. Los esfuerzos de los últimos años no han conseguido todavía superar deficiencias relevantes para ponerlos en condiciones óptimas. En este chequeo tampoco sale bien parado el Umia, aguas abajo del casco de Caldas de Reis. En el resto, con la excepción del Gallo, en Cuntis, y del Tomeza-Gafos, no se detectan problemas relevantes y su calificación es buena desde el punto de vista ecológico y químico.

Con estos datos sobre la mesa, Pontevedra y su entorno se encuentran mejor que la media gallega, sin situaciones de excepcional gravedad. Las estadísticas de Augas de Galicia matizan, asimismo, que el 5 % de los cauces fluviales de la comarca han mejorado con respecto al anterior plan hidrológico de hace cinco años.

El borrador del nuevo Plan Hicrolóxico Galicia Costa se puede consultar en la web de la Consellería de Medio Ambiente. A la hora de examinar las cuencas fluviales se tienen en cuenta dos baremos principales.

Estado ecológico y químico

Por un lado está su estado ecológico, es decir, cómo se halla la fauna y flora de estos espacios naturales, incidiendo en determinadas especies de animales y plantas, cuya ausencia o presencia sirve como clave para fijar su estado de conservación.

En la valoración del factor ecológico, el Follente (Caldas), Barro. Riomaior (Vilaboa), Almofrei (Cotobade y Pontevedra), Verdugo (Ponte Caldelas) y varios tramos analizados del Lérez y del Umia, se mueven entre los calificativos de «bo» y «moi bo». De hecho, se percibe una mejora notable en el Lérez con respecto al último informe autonómico.

No ocurre así con la cuenca del Umia en O Salnés, que se califica como «moderado» hasta su desembocadura. Este tramo se corresponde, principalmente, con el más afectado por vertidos, aunque en el plan hidrológico no se entra a determinar si esta es la causa de los problemas detectados o hay otras. El Gallo, en Cuntis, tampoco logra una buena nota, quedándose en el «moderado», circunstancia quizás achacable a la falta del saneamiento integral. El mismo problema se detecta en el Gafos-Tomeza, en casi todo su cauce.

En las aguas ya de un carácter marino, que también analiza el informe de la Xunta, la ría pontevedresa y el ámbito del puerto de Marín disfrutan de un buen estado ecológico, aunque se percibe un empeoramiento. La valoración ecológica se eleva al máximo al tratar el entorno de Ons, en el Parque Nacional Islas Atlánticas de Galicia, donde se alcanza el «moi bo», según los informes técnicos.

Por su parte, al evaluar los embalses, ninguno consigue en Galicia superar la nota de «moderado» en su ecosistema. En Pontillón de Castro hay problemas de «transparencia e osíxeno», a los que se suman fósforo total y fitoplancton en el embalse de A Baxe, en Caldas.

El otro gran factor que centra los trabajos científicos del plan hidrológico es el estado químico, donde se incide en el análisis de varias sustancias consideradas de especial interés. En este caso, todos los ríos y embalses de la comarca aprueban los baremos examinados por Augas. El estado químico del Lérez es uno de los pocos gallegos donde se aprecia una mejora significativa, y lo mismo ocurre en la ría de Pontevedra.

La conclusión provisional de este estudio, para el que está todavía abierto el plazo de recomendaciones por los ciudadanos, es que hace falta actuar prioritariamente en la cuenca del río Umia, especialmente aguas abajo de Caldas, el Gallo, el Tomeza-Gafos, y además es preciso intervenir o continuar con los planes de la mejora de la calidad de las aguas en los dos embalses pontevedreses.