Pontevedra presume de árbitro internacional de balonmano playa

Roi Palmás
Roi Palmás PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

El colegiado, haciendo una de sus volteretas para señalar un gol.
El colegiado, haciendo una de sus volteretas para señalar un gol. cedida< / span>

El exteucrista Marcos Pérez ha sido jugador, entrenador y colegiado de pista

01 abr 2015 . Actualizado a las 08:51 h.

Cuatro colegiados conforman la élite gallega en el comité técnico de árbitros de balonmano playa de la Real Federación Española y solo uno de ellos, Marcos Pérez, es de Pontevedra. Para los expertos en las particularidades de esta especialidad, el lerezano, afincado ahora en Barcelona, es toda una referencia y su trayectoria y próximos compromisos nacionales e internacionales, así lo confirman.

Su pasado deportivo está íntimamente ligado al Teucro, donde fue canterano durante varias etapas, vivió la filiación del Marín, regresó a la casa azul en los campeonatos territoriales y ejerció también como técnico de las categorías inferiores -teniendo bajo sus órdenes equipos masculinos y femeninos-.

Ahora, imparte justicia en los arenales de medio mundo y exporta arbitraje de calidad en un deporte que crece en importancia y adeptos. «Es mucho más espectacular y más divertido que el balonmano tradicional -asegura- porque las sensaciones también son totalmente distintas». Uno de los que mejor conoce los secretos de esta especialidad resalta que «aquí prima el fair-play. Casi no hay contacto, porque las sanciones también son mucho más duras y apenas hay lesiones».

Particularidades a pie de arena

En el balonmano playa hay goles que valen doble. Bajo esta premisa, que premia la vistosidad y la espectacularidad en el juego, se abre todo un horizonte de posibilidades por explorar. «Los giros de 360 grados y los fly están a la orden del día y se premian con un valor doble en el marcador», explica el pontevedrés. Además, los penaltis y los goles de los porteros también multiplican su valor por dos. La arena de la playa permite un abanico de acrobacias casi ilimitado y son los árbitros los que pueden decidir, dentro de unos parámetros, la recompensa de cada tanto.

Pasado, presente y futuro

Marcos jugó con Borja Pedreira, (el capitán del actual Teucro), entrenó a David Chapela y se enfrentó a Carlos García. Su pasado exuda teucrismo. Recuerda que cuando llegó a juvenil, entrenaban al primer equipo Modesto Augusto y Pillo era su segundo.

Ahora forma pareja de arbitraje con la viguesa Vanesa Pérez, en el mundo del balonmano playa, aunque conjuntamente llevan años pitando en las canchas de División de Honor Plata y de Primera Nacional, como actualmente. Él acudirá a finales de junio al Europeo júnior y ella al sénior un mes después como dos de los grandes referentes internacionales del arbitraje de la provincia.

El rey de las volteretas

La marca personal, lo que hace distinto al arbitraje de Marcos Pérez, es que «cuando marcan un gol, doy una voltereta para concederlo». Es su sello y varios vídeos en Internet confirman que la espectacularidad de un deporte como este se contagia hasta en la parte más seria del mismo.

El buen arbitraje no está reñido con la expresividad y el árbitro pontevedrés baja a la arena para ser el juez de estos gladiadores.