Los resultados que se están consiguiendo en los composteros comunitarios que ya funcionan en Pontevedra -y, de la mano de la Diputación, en otros 28 municipios de la provincia-, están sorprendiendo a los expertos. Tanto por la rapidez en la obtención de compost como por la alta calidad del mismo.
Mientras las estimaciones eran de un plazo de seis o siete meses para convertir los residuos orgánicos en compost, la realidad es que se están obteniendo resultados en apenas tres meses. Un ejemplo es el compostero del campus, que se puso en funcionamiento el 25 de enero y del que esta semana saldrá su primera aportación.
De la excelente calidad del compost hablan dos datos: la ausencia de trazas de metales pesados y que en su composición hay hasta un 7 % de nitrógeno orgánico, cuando a partir del 2 % ya se considera de muy buena calidad.
La única explicación que encuentran los expertos se basa en dos factores. Por un lado, la colaboración de los ciudadanos con una buena separación en origen. Por otro, la gestión de los composteros por personal especializado que acude regularmente a remover los residuos, a controlar la temperatura y a aportar estructurantes, lo que permite la obtención de un producto de primera calidad en tiempo récord.
10 kilos de compost
Por cada 160 kilos de residuos
Los composteros comunitarios ya van dando sus primeras remesas. La media es diez kilos de compost por cada 160 kilos de materia orgánica.