«Acá por el puente los coches casi te acarician»

m.?h. PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

23 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Decían un día desde la asociación Amigos do Camiño de Santiago que en la ruta jacobea funciona a la perfección radio macuto. Y es cierto. Porque los peregrinos que llegan hasta Alba, hasta el que está considerado uno de los mayores puntos negros del Camino sobre todo por la estrechez del puente de piedra sobre el río Rons, tienen claro que allí deben andar con mil ojos. Lo decía esta misma semana un mexicano de Tijuana, Leopoldo, que venía con la lección aprendida: «Ya sabemos que aquí hay que ir con ojo, en todos los sitios nos dijeron que es muy peligroso, pero no pensábamos que tanto... acá por el puente los coches casi te acarician», señalaba Leopoldo mientras él, su acompañante, Carla y dos jóvenes alemanas que llegaron con ellos se ponían en fila india para atravesar el viejo viaducto. Sus caras, al tener que caminar con los vehículos prácticamente encima, eran un poema. Lo mismo que ayer a media mañana, cuando dos holandesas. Ria y Kathien, también cruzaban el puente con miedo.

El mexicano Rodolfo, arquitecto, reflexionaba: «La verdad es que siendo el Camino de Santiago sería bueno que lo mejorasen». Él y su acompañante, tras pasar el tramo de Alba, se encaminaron luego hacia la aldea de O Castrado. Ahí, aunque habitualmente el Camino está bien, ya que discurre por una pista sin demasiado tránsito, esta semana también tocaba hacer malabarismos para pasar. Pero, en este caso, por una buena causa. Se estaba reparando una canalización de aguas para evitar charcos y problemas en el firme.