El joven que logró nadar hasta la orilla y que llora en casa la muerte de su padre

PONTEVEDRA

Carlos Carballa, de 22 años, no tuvo ni un segundo de alegría tras su hazaña y llegó a su domicilio desencajado: «No quiero decir nada, no quiero», señaló

26 abr 2017 . Actualizado a las 18:23 h.

Carlos Carballa, de 22 años, esquivó hoy muerte al lograr nadar hasta la orilla después de hundirse el barco en el que faenaba. No tuvo ni un segundo de alegría tras su hazaña. Su padre y compañero en la embarcación había muerto en el accidente.

Carlos llegó a su casa, en la parroquia de Campelo, desencajado. «No quiero decir nada, no quiero», señalaba. Allí le esperaban varios familiares, entre ellos algún hermano, que señalaba «el pobre está muy afectado».

Carlos, soltero y sin hijos, trabajó durante un largo tiempo en una panadería y recientemente se había enrolado junto a su padre. Protegido por la capucha de su sudadera, lloraba la pérdida de su padre a la entrada de su hogar. Un familiar, indicó: «Es un crío, no sabemos qué decirle».

El joven que intentó sin éxito reanimar a su padre

A las puertas de la casa familiar, Jesús Ligero, hijo de uno de los fallecidos en el barco, también llamado Jesús Ligero, y hermano de Adrián Ligero, uno de los supervivientes, señalaba: «Mi hermano llegó roto, destrozado, no contó mucho porque no puede aún. Nos dijo que intentó reanimar a mi padre pero que no pudo. Está muy mal, no quiere hablar con nadie».

Adrián, que intentó y no pudo salvar a su padre, logró agarrarse a una batea y encaramarse a ella. Desde allí pidió auxilio y fue rescatado por una embarcación. Tiene 34 años y lleva al menos dos o tres años enrolado. Al lado de su madre y sus dos hermanos, desafortunadamente, hoy también le toca llorar la muerte de su padre.