La flota pide medios más prácticos para ganar seguridad en los barcos

Marcos Gago Otero
marcos gago PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Ramón Leiro

La Federación Provincial de Cofradías reclama cambios en la normativa sobre balsas

29 abr 2017 . Actualizado a las 21:35 h.

El sector pesquero pontevedrés reclama a las Administraciones medios más prácticos y operativos a la hora de garantizar la seguridad de sus vidas y sus embarcaciones. Esta petición pasa por dos cuestiones básicas. Por un lado, que las Administraciones competentes -Xunta, Marina Mercante, Puertos y otros- les escuchen y, por el otro, que aprueben los cambios normativos que avalen sus reclamaciones. Hasta ahora las cofradías chocan con la burocracia y la lenta maquinaria administrativa para mover ficha, pero accidentes como el del pasado miércoles avalan la necesidad de cambiar algunas cosas al menos y cuanto antes.

El patrón mayor de Portonovo y presidente de la Federación Provincial de Cofradías, José Antonio Gómez Castro, lo expuso en estos términos. «Tengo que decir que llevamos mucho tiempo proponiendo otro tipo de balsas para los barcos». Este es uno de los puntos que están en la boca de todos los que se acercaron al puerto de Combarro tras el naufragio del Nuevo Marcos. ¿Por qué no se activó la balsa? Pudo haber servido para aminorar la tragedia, o quizás no, pero siempre quedará la duda.

Gómez Castro indicó que la actual normativa obliga a los barcos de la tercera lista o pesqueros a llevar una lancha con un sistema apertura automática en caso de hundimiento. Hasta aquí nada que objetar, pero el problema viene al examinar la profundidad a la que se despliega esta balsa. Lo hace a los diez metros de profundidad y en el caso del Nuevo Marcos no se dieron las condiciones suficientes, porque la balsa no se abrió cuando el barco se fue a pique. «Si no hay 10 metros de calado se queda ahí y la balsa no se activa», sostuvo el portavoz provincial de los pósitos pontevedreses. También se puede abrir si alguien tira de la zafa, pero en muchos casos de accidentes no da tiempo a hacerlo.

El dirigente pesquero portonovés añadió que al valorar los accidentes en la ría hay que tener en cuenta que en muchos casos son tramos de agua de poco calado -aquí influye mucho la ubicación del suceso y la oscilación de la marea-. «Casi siempre son accidentes en la costa, por tocar un bajo, o una batea». Gómez Castro incide: «Pedimos un sistema con un artefacto flotante encima del puente, que queda ya en la superficie y separado del barco si este se hunde», precisó.

Este aparato se trata de una especie de balsa fija y rígida en el barco que sí está autorizada para algunas embarcaciones de la séptima lista, pero que no está permitida para las unidades profesionales de bajura. Si un pesquero va con este sistema, «no pasa el reconocimiento de seguridad», es decir, se quedaría con un informe negativo de las autoridades marítimas al hacer una especie de ITV del barco.

Gómez Castro indica que para que esta medida pueda hacerse realidad será necesario un cambio normativo a nivel estatal. La decisión para poder incluir estos cambios legales depende de la Marina Mercante.

En cuanto a los chalecos recalcó que una cosa es diseñarlo cuando se está en tierra y «usarlo para pasear por una playa», pero que otra cosa muy distinta es obligar a la gente a llevarlo «ocho o más horas» permanentemente en el trabajo. «Nosotros proponemos un traje de agua flotante», indica el patrón mayor portonovés. Se trataría de un equipo que permita cumplir con la seguridad y que a la vez no sea un obstáculo para el trabajo en un barco.