El TSXG incrementa las indemnizaciones por la muerte de dos brigadistas en Fornelos

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

GUSTAVO RIVAS

Los magistrados sostienen que, de haberse contado en el lugar del siniestro, desde el primer momento, con una motobomba, «las consecuencias lesivas (...) probablemente no se habrían producido»

15 jun 2017 . Actualizado a las 17:35 h.

El 12 de agosto del 2010, dos brigadistas, Rodrigo Amo González, de 35 años y natural de Nigrán, y de Xulio Martínez da Silva, de 27 años y nacido en San Pedro de Sárdoma, en Vigo, fallecieron en un incendio forestal ocurrido en Fornelos de Montes. Por aquel luctuoso suceso, cada familia recibió de los seguros de la Xunta y de la Administración estatal cerca de 75.000 euros en indemnizaciones, cantidades que consideraron insuficientes y que les llevaron a buscar el amparo del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.

Y el TSXG les ha dado la razón al considerar que existió una responsabilidad patrimonial por parte de la Administración autonómica, si bien no estima la totalidad de las cantidades reclamadas por los familiares. En su lugar, se ordena el abono, a mayores, de treinta mil euros a los progenitores de cada uno de los fallecidos y de 11.250 a cada uno de sus hermanos, excepto en el caso de uno de ellos que la cifra se reduce hasta los 7.500.

Demora en la llegada de la motobomba

De este modo, los magistrados coruñeses estiman que, si bien «tanto los medios materiales de que disponían los brigadistas como los protocolos a seguir en supuestos como el que nos ocupa fueron los adecuados», así como «resultó ajustada la experiencia y conocimientos con que contaban los integrantes de la brigada», se produjo una demora en la llegada de la motobomba. «Es evidente que, de haberse contado en el lugar del siniestro, desde el primer momento, con ese servicio, las consecuencias lesivas que ahora nos ocupan posiblemente no se habrían producido», advierten al respecto. Añaden que «no vale argüir que el conductor desconocía el paraje y no dio con la entrada de acceso al lugar del incendio».

Desde el TSXG mantienen que este retraso obligó a los brigadistas a intentar manualmente que el fuego no alcanzase la pista y, posteriormente, a refugiarse en esa zona segura en espera de la llegada de la motobomba. «Que dos de los brigadistas, presas del natural pánico, equivocasen su conducta y se adentrasen en dirección al fuego, con las fatales consecuencias reseñadas, si bien aminora la responsabilidad de la Administración, no la excluye en su integridad. Y es ahí donde se aprecia, en cierto grado, la relación de causa a efecto entre la antijurídica actuación administrativa y el resultado dañoso derivado».

En este punto, sostienen que si los fallecidos hubiesen permanecido en la pista, en lugar de adentrarse hacia el foco del incendio, «otro podría haber sido, seguramente, el resultado del proceso de extinción del fuego».

Tal convencimiento lleva a los magistrados del Superior de Galicia a estimar que concurre una responsabilidad culposa, también, por parte de dichos brigadistas que, «por el lógico y natural temor que les infundió la amenazante y próxima presencia del fuego, erraron la conducta protocolaria a seguir en tales casos y optaron por la salida más perjudicial para ellos que, irremisiblemente, les llevó a perder la vida». A este respecto, la conclusión a la que se llega es que existió concurrencia de culpas en el que, «a la ya declarada de la Administración, se agrega aquella en que incurrieron los brigadistas fallecidos, todo lo cual determina, a la hora de fijar el montante indemnizatorio, una ponderación económica».

En la misma sentencia se deja claro, por otro lado, que «no es posible achacar responsabilidad a la parte demandada por los cambios bruscos, inesperados y repentinos de la climatología que transformó lo que se contemplaba como un incendio sencillo de atacar en un infierno. Las decisiones conjuntas adoptadas por los brigadistas fueron, en todo momento, correctas y acordes a las distintas vicisitudes que fue presentando el fuego».