La falta de personal impide abrir la biblioteca María Victoria Moreno

cristina barral / s. barral PONTEVEDRA / LA VOZ

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El legado de la escritora sí está a disposición del alumnado del IES Torrente Ballester

20 jun 2017 . Actualizado a las 05:05 h.

La escritora y profesora María Victoria Moreno (Valencia de Alcántara, Cáceres, 1941-Pontevedra, 2005), a la que se dedicará el Día das Letras Galegas del 2018, legó al IES Torrente Ballester de Pontevedra -donde desarrolló buena parte de su labor docente- gran parte de su biblioteca personal. Fue el deseo que dejó escrito antes de su fallecimiento, víctima de un cáncer de mama. Quería que sus alumnos y las generaciones venideras disfrutaran con lecturas que a ella le habían hecho feliz y también crecer como persona.

La biblioteca que lleva su nombre en el instituto y ese legado de 4.500 libros -ampliados años después por su marido- se hizo realidad el 13 de mayo del 2011, con un acto en el centro educativo. El entonces vicedirector del Torrente Ballester, Pedro Iturburúa, aludía a que la aspiración de María Victoria Moreno era que esa biblioteca se pudiera abrir al público y no fuera para uso exclusivo de la comunidad educativa del instituto. «A ampliación está feita coa idea de que nalgún momento poidera ser unha biblioteca de barrio, que poidera vir xente de fóra a traballar e estudar, pero non depende de nós. Nós o que podemos facer é mantela aberta en horario lectivo», decía el vicedirector.

Y así fue. Desde entonces y hasta hoy la biblioteca María Victoria Moreno está a disposición de estudiantes, profesores y padres del Torrente Ballester. Para albergar el legado de la autora de Anagnórise y Diario da luz e a sombra fue necesario acometer unas obras de ampliación en el instituto. ¿Pero qué pasó con la idea de convertirla en una biblioteca abierta a todos?

La responsable del servicio desde hace ocho años, Cristina Ogando -profesora de Geografía e Historia-, lo explicó ayer. Cuando se hicieron las obras de ampliación se incorporó una puerta que da a la parte posterior del instituto para, llegado el caso, contar con una entrada independiente con la idea de que por las tardes pudieran hacer uso de ella los vecinos. «Hay un problema de personal. Nosotros como instituto no podemos atender esas horas. Eso ya sería cosa de Concello, Diputación, Xunta...», comentó la docente. Inicialmente, iba a ser la Consellería de Cultura la que iba a aportar ese personal que no llegó.

Ogando añadió que, una vez conocida la decisión de la Real Academia Galega (RAG), el centro ya ha empezado a pensar en los actos que se desarrollarán el año que viene para homenajear a una profesora que dejó una huella imborrable. «La verdad es que sería algo muy bueno que coincidiendo con esa celebración se pudiera abrir la biblioteca para esta zona de la ciudad, que está en la otra punta y tiene la pública lejos», señaló. De los 16.000 volúmenes que tiene la biblioteca, unos cinco mil pertenecían a la escritora. Son fundamentalmente obras de literatura, aunque también hay libros que tenían que ver con sus aficiones, como su amor por los perros. «Hay una pequeña parte de joyas bibliográficas que no se prestan, pero sí se pueden consultar, y una colección maravillosa de distintas ediciones de El Quijote», dijo.