Jesús Blanco: «Las series y el cine suelen presentar un mundo utópico de la realidad del autismo»

PONTEVEDRA

Martina Miser

Desde mañana y hasta el 30 de septiembre, será ponente del curso «El mundo del autismo en el cine» en la UNED de Pontevedra

26 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

«En general, los documentales son más realistas y se ocupan de aspectos científicos, terapias, estrategias para afrontar el autismo o sobre cómo impacta en las familias, mientras que las series y el cine suelen presentar un mundo utópico de la realidad del autismo. La mayoría de los protagonistas son autistas tipo savant. Significa sabio y son aquellos que tienen capacidades excepcionales en algún ámbito, un talento que casi siempre resulta espectacular. Es el caso del niño de Mercury rising, que averiguaba los códigos del FBI y la CIA, o el del protagonista de Atípico, capaz de dibujar aves hasta el mínimo detalle, mientras que el The good doctor tiene una pericia médica increíble y una capacidad para ver lo que otros no ven. Lo cierto es que los savant representan solo un 5 % de las personas con trastorno del espectro autista». Con este trasfondo, desde mañana y hasta el 30 de septiembre, Jesús Blanco Rosas, doctor en Geografía e Historia por la Universidad de Santiago, será ponente en el curso de la UNED centrado en El mundo del autismo en el cine.

-Por lo que veo, el cine y la televisión emiten una imagen muy distorsionada de la realidad.

-Sí, la imagen que se le puede quedar a la gente es la de pensar «qué suerte tiene esta familia que tiene un hijo con autismo». Bueno... No se muestra todo el trabajo que hay que hacer con estas personas para que desarrollen capacidades que otras llegan a ellas en muy poco tiempo. En algunos casos, hay que trabajar muchísimo solo para que hablen o para que empiecen a comunicarse, si es que llegan a hacerlo. Tampoco se refleja lo difícil que es controlar determinado tipos de conductas o los problemas sanitarios con los que nos encontramos muchas veces porque vemos que la ciencia avanza, pero la sanidad sigue tratando cierto tipo de trastornos del espectro autista como en los viejos tiempos, como hace cuatro o cinco décadas.

-¿Está situación es extrapolable a los servicios sociales?

-A veces, parece que los avances científicos no se trasladan a la realidad sanitaria, ni a los servicios sociales. Muchas veces las familias se quejan de que les proporcionan cuidadores que están acostumbrados a trabajar con ancianos, pero no con personas con TEA. Esto se traduce en que el apoyo que se les da sea insuficiente o, incluso, innecesario. Menos mal que hay asociaciones en Galicia que están especializadas y que ha desarrollado estrategias y métodos, y el apoyo a las familias, para conseguir que la calidad de vida de estas personas sea efectiva.

-En todo caso, ¿se pueden encontrar películas o series que muestren la realidad tal cual es?

-Hay algunas realizadas en Europa, que son más realistas, que no se centran en los casos de genialidades. En este sentido, me gusta mucho una muy reciente, Especiales. Es francesa y en ella se ve como una asociación trabaja con aquellos casos más difíciles, con los que tienen una integración social más complicada. Es muy realista, pero vemos que las asociaciones no cuentan con los apoyos institucionales suficientes.

-Tengo entendido que una de las películas pioneras en España, fue también de las más crudas al abordar este género.

-Sí. Mater amatisima es quizás demasiado cruda en el sentido de que si tienes un mal día, es mejor que no la ves. Lo que más valoro es que tuvo la valentía de presentar situaciones en las que una persona sola al cuidado de una persona con autismo y sin los apoyos adecuados puede verse anulada hasta límites insospechados. Todos hemos visto casos muy dramáticos y extremos en la prensa, pero lo cierto es que si una persona se ve tan desbordada por los acontecimientos que llega a afectarle a su salud física y a su salud mental, es hasta cierto punto norma que, a veces, puedan ocurrir tragedias. En Mater amatisima se planteaba un caso extremo. Por supuesto, la mayoría de las situaciones no son así, pero es que está realidad también está ahí. A lo mejor, si los familiares no están afectados como la joven Victoria Abril que protagonizó la película, sí que quedan bastante tocados.