Vecinos de Saiar: «Sempre arde no mesmo sitio e á mesma hora para facer dano»

Cristina Barral Diéguez
cristina barral CALDAS / LA VOZ

PONTEVEDRA

José, Elena y Herminda, vecinos de Porteliña, en Saiar, cuentan cómo vivieron el incendio forestal del Xiabre
José, Elena y Herminda, vecinos de Porteliña, en Saiar, cuentan cómo vivieron el incendio forestal del Xiabre Ramón Leiro

Residentes en esta parroquia de Caldas lamentan que el monte Xiabre vuelva a ser pasto de las llamas otro verano

05 ago 2022 . Actualizado a las 21:04 h.

En el día después del incendio forestal todas las miradas en la parroquia de Saiar, en Caldas de Reis, seguían puestas en el Xiabre. Aunque el fuego se inició en esta zona del monte, la peor parte se la llevó Vilagarcía gracias a la acción del viento. Este viernes, pasadas las once de la mañana, olía a quemado, pero el humo que salía era casi blanco. El incendio, que había calcinado ya 450 hectáreas entre los dos municipios, seguía activo.

La carretera de O Pousadoiro se mantenía cerrada para acceder desde Caldas, aunque se abriría poco después. Antes del puesto de mando, un camión motobomba apagaba una zona concreta. «Non sei o que hai máis arriba, nós estamos neste foco. Aquí está todo controlado, viñemos pola mañá, pero a noite debeu ser tremenda», decía un operario de extinción de la Xunta. El alcalde de Caldas, Juan Manuel Rey (PSOE), reconocía que, aunque por desgracia, están acostumbrados a que arda el Xiabre, lo vivido el jueves por la noche fue «impresionante». «Es increíble. Era casi el primer día con viento y pasa esto».

Medio Rural investiga las causas del fuego, pero en Saiar casi nadie duda de su intencionalidad. Lo dejan caer clientes del bar Fermín, en Sequeiros, y también habitantes de la aldea de Porteliña, donde se decretó el nivel 2 por la proximidad del fuego a las casas. Al final, no hubo que desalojar. José, Elena y Herminda reciben en la entrada de su vivienda. Vieron las llamas cerca y les dijeron que no se fueran para cama por si había que escapar. Pero el viento llevó el incendio hacia la zona de Castroagudín, en Vilagarcía, y ellos pudieron respirar. Herminda apunta que el Xiabre no solo arde en verano: «Unha vez prenderon en outubro».

A las puertas del bar Fermín, Mateo, que es comunero, mira hacia el monte en Arretén y Casaldomato. Cuenta que el último gran incendio en el Xiabre fue el del 2017. Este ya lo supera. «As plantacións de frondosas que se fixeron no PortAmérica arderon todas. Sempre arde no mesmo sitio e á mesma hora. Está claro que quen o fai coñece ben a zona e quere facer dano», dice.